El estadio Hard Rock estaba abarrotado de argentinos que apoyaban a Boca Juniors en el partido ante el portugués Benfica. Por la presencia mayoritaria de gente luciendo la camiseta azul y amarillo, parecía una “Bombonera de Miami”, que fue silenciada cuando un cabezazo de Nicolás Otamendi, un jugador declarado hincha de River Plate, mandó la pelota adentro y logró a poco del final el empate a dos.
Fue un baldazo de agua fría para los xeneizes, que, en su debut en el Mundial de Clubes de la FIFA que se juega en Estados Unidos, iban ganando por 2 a 0, pero no pudieron defender esa diferencia ni resistir, por ello, virtualmente en el cierre del partido, los tres puntos que parecían tenerlos en el bolsillo se convirtieron solo en uno.
El encuentro completó la primera jornada del Grupo C y el resultado no es un detalle menor tomando en cuenta que el favorito es el alemán Bayern Munich, y que el equipo a ganar y golear ahora es el Auckland City de Oceanía.
Boca se imponía claramente con los goles de Miguel Merentiel y Rodrigo Battaglia. Parecía una cómoda victoria a pesar de que el Benfica había dominado en parte el juego.
Sin embargo, el equipo portugués logró la igualdad y lo hizo con goles argentinos.
Ángel Di María, quien se apresta a volver al fútbol de su país para cerrar su carrera en Rosario Central, logró el descuento con un penal exquisitamente rematado y convertido.
Y cuando ya faltaba poco para el pitazo final, Otamendi selló la igualdad con un cabezazo.
El Bayern encabeza la tabla con 3 puntos y un gol diferencia de más 10 luego de haber atropellado al Auckland City (10-0) el domingo.
Boca y Benfica tienen a una unidad y el objetivo de ambos ahora es tratar de sacarle por lo menos un punto al Bayern y después golear lo más que se pueda al representante de Oceanía para tratar de obtener la clasificación en el segundo lugar de la zona, a fin de alcanzar los octavos de final.
Boca volverá a jugar el viernes ante el Bayern Múnich, mientras que Benfica chocará con el Auckland City.
