El técnico de The Strongest Pablo Lavallén dijo que su equipo también jugó con el corazón y eso ayudó para empatar el clásico (4-4), en la agonía del partido que parecía que era de Bolívar.
“Más allá de los errores y de no estar finos, el corazón salió a relucir. Se habla de gallardía, en Argentina se dice otro tipo de atributos varoniles, el equipo empató con huevos. Este tipo de partidos se juega con fútbol, inteligencia y estrategia, pero sin huevos y sin mentalidad ganadora un equipo no se puede parar ante un rival tan peligroso como Bolívar”, enfatizó Lavallén en la conferencia de prensa post partido.
“Estoy satisfecho por cómo se dio la remontada, que fue lo más trascendental del partido”, agregó.
Hizo un recuento de lo sucedido y recordó lo que dijo en el día previo, de que los clásicos se disputan a no perder y que son parejos en los 90 minutos.
“Ellos se encontraron rápido con goles, nos hicieron el primero y pudimos empatar y el cuarto que fue muy revisado. Esos fueron momentos duros para mi equipo porque habíamos emparejado el buen juego de Bolívar”, señaló.
Admitió que el 3-1 y el 4-2 parcial de la Academia es una llamada de atención porque obliga a mejorar en el trabajo diario, ya que el Tigre no estaba fino en la definición y lucía desorientado en la cancha.
“Lo demostrado en los últimos 15 minutos es lo que yo quiero de mi equipo, que también el corazón salga a relucir”.
Cerrado el clásico 229 de la División Profesional, al Tigre le tocará visitar el miércoles 28 a San Antonio de Bulo Bulo, cotejo reprogramado debido a que en la primera jornada no se pudo jugar por un bloqueo en la ruta. El sábado 2 de marzo recibirá a Real Tomayapo de Tarija y el domingo 10 será la revancha con Bolívar.