Wálter Flores acaba de rifar la gran oportunidad que tuvo como entrenador de Bolívar. La inexplicable decisión de no priorizar la Copa Sudamericana, y de creer que su plantel lo podía dividir en dos para afrontar también un compromiso cualquiera del torneo Apertura, le ha pasado una dura fractura, porque ha tirado por la borda la chance que tenía la Academia de pasar a cuartos, y quién sabe si podía llegar más lejos. En cambio, no solo que quedó eliminado, sino que fue echado por la ventana, goleado.
Ahora bien. Flores es el que tiene que dar la cara porque es el DT, pero no es el único responsable. También está Vladimir Soria, que lo que menos quiere es hacerse sentir. También tienen vela en este entierro el director deportivo Javier Recio y todo su entorno que de fútbol conoce y mucho. Conoce y mucho. Y al fin de cuentas ni Marcelo Claure se salva porque ya se sabe que nadie hace nada en la Academia si el presidente elegido no da el visto bueno. Es decir, lo arruinaron en equipo.
Se manejaron mal. El mejor club del país, el mejor, llevó a Buenos Aires un equipo limitadísimo, sin alternativas. Cuando se lesionó Diego Bejarano no había en el banco quién lo reemplace, no quedó otra que improvisar. “Nadie se esperaba que tenga una lesión a los 15 minutos”, fue la triste y pobre explicación que dio Flores. No se trata de esperar que alguien se lesione sino de tener a alguien que lo reemplace si ello sucede. Tampoco tenía delanteros, llevó a Marcos Riquelme y los dejó a todos los demás. Hubo tres chicos que fueron a pasear porque ni pensar en ponerlos. Así que a la hora de necesitar atacar no había con qué o quienes hacerlo. Es decir, Bolívar fue a una batalla con munición justa y ya se sabe que ese suele ser el principio del fin.
La idea, según el DT, fue conformar “dos equipos competitivos”. La respuesta es que ambos perdieron. De las dos derrotas sufridas, una ya es irremediable; para la otra queda tiempo y partidos de sobra para recuperarse. Si lo hubieran pensado así desde un comienzo quizás la historia podría ser otra y no este nuevo fracaso internacional.
Van a llegar a decir que lo ocurrido es consecuencia de un torneo maratónico y razón no les va a faltar. Se juega tres veces por semana. Es inaudito. Pero la culpa sigue siendo de ustedes, porque si se acuerdan trabaron un montón de veces la reanudación del campeonato. Si hubieran sido sensatos en su momento, esto no hubiera pasado.