El Maestro Víctor Agustín Ugarte es considerado, casi de manera unánime, el más grande futbolista boliviano de todos los tiempos. Nació en Tupiza y fue estrella en Bolívar.
La Academia tuvo otros geniales jugadores, también maestros, algunos en otras posiciones: Chichi Romero, El Diablo Etcheverry, Carlos Borja, Vladimir Soria, Carlos Aragonés, Ovidio Mesa, Ramiro Castillo…
De aquellos tiempos de Ugarte, Mario Alborta fue el gran capitán. También fueron astros Ramón Guillermo Santos o Mario Rojas.
Pero Ugarte fue El Maestro.
Nació en Tupiza el 5 de mayo de 1926. Debutó en Primera División en Bolívar, el 29 de junio de 1947 frente a Ferroviario, que se impuso por 2 a 1. Extendió su brillante campaña hasta 1965 y, aunque actuó también en San Lorenzo de Almagro (Argentina) y Once Caldas (Colombia), su carrera está indisolublemente unida a Bolívar. Murió físicamente en marzo de 1995. Vive en los corazones bolivianos.
Su palabra, un recuerdo
Ugarte concedió muchas entrevistas. Son pocas las que, a través de la tecnología, pueden aparecer en el Google. Vale la pena la búsqueda para recordar lo que alguna vez le dijo a la revista Panorama en 1962 y que fue reproducida por bolivar.com.bo
“Realmente tuve buenas ofertas, Millonarios y Boca Juniors en 1952, fueron las más importantes. Sporting Cristal intentó cuatro años consecutivos lograr mi pase. Siempre fue igual; la negativa de Bolívar. En 1952 hasta se llegó a interponer el gobierno, pues el entonces presidente Urriolagoitia (poco antes de la Revolución) me prometió un chalet si yo me quedaba en Bolivia y no aceptaba la oferta de Boca Juniors”.
Graciela Llosa Quintanilla, su esposa, revelaba: “Víctor nunca pensó en sí mismo. Siempre pensó en ayudar a los demás y por eso ahora tiene que seguir luchando. Los clubes bolivianos no pagan bien, porque el profesionalismo no es completo. Yo le aconsejé que aceptara las buenas propuestas que tuvo en el exterior, pero él prefirió quedarse aquí”.
Ugarte fue un ídolo. Lo es. Ugarte anotó goles de todos los estilos, desde todas las posiciones. La pelota conducida por sus pies describía maravillosas piruetas que han quedado estereotipadas en la mente de quienes lo vieron.

“El fútbol ha cambiado. Se ha hecho más simple. Más positivo. Más práctico. Antes se podía correr y correr, gambetear y gambetear. Ahora no, es más funcional. Toque, pared, pase profundo, remate. Ha perdido belleza, pero ha ganado en efectividad”.
“Aquel fútbol que practiqué con Algarañaz, Mena, Gutiérrez y Godoy en esa selección del 49 en el Sudamericano de Brasil. O con Montoya, Mena, Albornoz y Díaz en el mejor equipo que tuvo Bolívar en 1952”.
Tenía un sueño: “Tengo la esperanza de conducir una escuela de fútbol en nuestro país. Los chicos deben ser guiados desde sus primeros pasos. Actualmente estoy entrenando al seleccionado de Milluni que participará en el Torneo Nacional Minero. Después de volver de México, seré director técnico, porque creo que es muy difícil que pueda dejar el futbol”.
Sus goles más espectaculares: “Difícil recordar tantos. Contra Rot Weis. Contra Medellín en Caldas. La prensa publicó al día siguiente un titular: Víctor Agustín Ugarte 2 Medellín 0”.
¡El Maestro, por siempre!