En 1991 salió un calendario con una imponente imagen. Una mezcla de arte, caricatura y dibujo obra de Alberto Rivera, ciclista y arquitecto. Pocas veces se han visto obras como la suya en el deporte boliviano: el estadio Hernando Siles albergando el clásico y a otras disciplinas, el público y hasta los avisos publicitarios. No le puso ningún nombre: “Lo hice sin pensar en que tenía que llamarlo de alguna manera”.
“Mi profesión es arquitecto, desde pequeño siempre me gustó el dibujo y particularmente caricaturas. Hacía caricaturas de amigos y parientes”, cuenta el autor.
“Por ese motivo, explica, como el estadio estaba en funcionamiento desde 1977 (tras su remodelación para los Juegos Bolivarianos), me llamó la atención la estructura y pensé en dibujar el clásico y nada más”.
Hablando con el dueño de una imprenta convinieron en que por los colores iba a costar cara su publicación, entonces Rivera logró algunos auspicios de empresas vinculadas con el deporte y las plasmó en el cuadro. Así logró el financimiento.
“Con ello fui a lo que es hoy el Sedede para hablar, me dijeron que me iban a aportar porque la idea era hacer calendarios”.
Hizo el arte, “no fue fácil, casi dos meses tardamos en dibujar todo”. Está pintado con tinta china y marcadores. Finalmente salió un diseño muy bonito con la inclusión de varios deportes y animalitos.
“Como el estadio tenía una pista atlética de tamaño considerable y llamaba la atención, entonces me dije a mí mismo que eso no debía estar vacío con líneas y puse primero algo del atletismo con una tortuga ganando a una rana por el sector de preferencia, después opté por poner más deportes: básquetbol, boxeo, todo lo que se me ocurrió”.
El tamaño del arte original es de 40 centímetros por 25 centímetros.
“Hicimos unos 100 ejemplares del calendario para el año 1991. Fue hecho en papel cuché”. Muchos allegados al deporte le pidieron como regalo o finalmente venda.
“Se los regalé a todos. Siento una satisfacción personal por haber hecho un arte bonito, alusivo al deporte”.