Fue el mejor partido de Bolívar en el año: ganó, gustó y goleó. Aplastó a Guabirá (6-0) y fue una Academia con todas las luces prendidas, como hace rato no se veía. Por eso, su afición que estuvo en el Hernando Siles —y la mayoría que lo vio por televisión— disfrutó los noventa y tantos minutos de un accionar sobresaliente.
El celeste está quinto en la tabla, con 30 enteros, y si bien parece que aún le queda lejos la punta, a 7 unidades de The Strongest (37), su gente se ilusiona porque queda mucho por jugar —faltan 13 fechas— y, sobre todo, porque ha comenzado a andar bastante mejor.
Como equipo fue de lo más completo que se vio de parte suya en el último tiempo. Hacia atrás no sufrió, pero no le faltó solidez cuando fue necesario; y hacia adelante fue casi imparable con muchos recursos para destrozar el sistema defensivo que le propuso el azucarero. Con paciencia lo superó ampliamente.
El espectáculo fue completo porque los goles fueron llegando, uno mejor que el otro. Cinco, sino los seis, fueron golazos. Una tarde perfecta, o casi…
El primer bombardeo
Si no hubo anotaciones en los primeros 20 minutos fue por obra y gracia de Saidt Mustafá, el golero de Guabirá. Fue quien bloqueó las primeras pelotas que iban camino a su arco.
Erwin Saavedra fue el primero en probarlo, al minuto. Respondió bien el ex celeste.
También puso bien las manos ante un fuerte tiro de Diego Bejarano y en otra acción a remate de Leonel Justiniano.
Hubo una jugada más del mismo estilo y el definidor fue Jurguens Montenegro, pero Mustafá volvió a ser impenetrable.
Tiros inatajables
Bolívar también penetró por las bandas y tampoco pudo convertir. En ese primer lapso del juego, Jhon García fue desequilibrante, difícil de frenar. Faltó quien lo acompañara en el último toque.
Finalmente, el cero se rompió. Ante un firme golero hacía falta una perfecta definición, eso fue el bombazo de Justiniano a los 23 minutos. La pelota pegó en el travesaño, picó adentro y salió. Por más volada de Mustafá, no llegó jamás.
Como tampoco al tiro de García, quien le pegó a la pelota de primera, esta vez a ras del piso y muy pegada al palo derecho. Con otra linda patada desde afuera, la Academia puso el 2 a 0 a los 37.
La goleada
Una pérdida del zaguero César Martins casi ocasiona el descuento de Guabirá antes del cierre del primer tiempo. Jhon Mosquera definió muy débil y Rubén Cordano se encargó de impedir el tanto.
Al regresar, Bolívar fue una máquina productora de buen fútbol y de más goles de calidad.
El 3 a 0 lo fabricó Diego Bejarano, recibió una gran devolución de Montenegro y liquidó a Mustafá a los 49. Fue una buena combinación entre ambos.
Montenegro siguió buscando su tanto y lo halló a los 59, solo tuvo que empujar la pelota después de que Luis Gutiérrez, Bejarano y Saavedra se encargaran de vaciar a la defensa azucarera. Así se estrenó el costarricense.
El quinto quizás fue el mejor: pelotazo de Cordano desde su área, gran control de Saavedra en el otro campo y, aunque presionado por una marca, autor de una definición perfecta por encima, aprovechando que el arquero estaba adelantado. Un brillante 5 a 0 a los 64 minutos.
Aún era temprano y quedaba tiempo para mucho más, aunque solo llegó el sexto y definitivo, que se lo pelearon —a los 73 minutos— entre Kevin Salvatierra y el último en tocar Víctor Ábrego luego del rebote que dio Mustafá.
No se escuchó en Miraflores ni un solo silbido. Todos fueron aplausos y halagos para Saavedra —capitán y figura— y compañía. Es que por fin apareció Bolívar y, si lo de este domingo no fue solo un espejismo, el equipo de Zago promete.