Hace un año falleció César Salinas Sinka, fue el presidente que se encargó, primero, de encauzar al club The Strongest tras una fuerte crisis institucional.
Luego dio un salto a la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) y también tuvo a su cargo una “nueva era”, encarando los desafíos propuestos por FIFA y Conmebol para dotar a la entidad de una nueva estructura, acorde con los tiempos actuales.
Salinas se fue el domingo 19 de julio de 2020 (este lunes 19 será exactamente un año) víctima de la COVID-19, cuando era presidente de la FBF. Su deceso conmocionó al fútbol nacional y sudamericano.
Fue un stronguista desde niño, por la influencia de su padre y de su hermano mayor. “Desde que tengo uso de razón, soy hincha del Tigre”, decía.
El presidente
En octubre de 2014 cumplió uno de sus sueños: convertirse en presidente de su amado The Strongest, cargo en el que permaneció, con una reelección de por medio en 2017, hasta abril de 2018, cuando presentó su renuncia para asumir como titular elegido de la FBF (ver la nota ‘Salinas le dio vida a la nueva estructura de la FBF).
La historia de Salinas Sinka con el club empezó en 2009. Ese año su empresa Salqui, que construyó con su esposa Inés Quispe y lleva ese nombre por la fusión de sus apellidos, fue una de las auspiciadoras del club. Su logo aparecía en los pantalones cortos del uniforme del plantel.
Al año siguiente, en diciembre de 2010, fue el tercer presidente en la gestión de Kurt Reinscht, quien fue reelecto en mayo de 2014 y entonces Salinas asumió mayor protagonismo en el directorio porque fue el primer vicepresidente.
Estuvo poco tiempo en el cargo, pues a principios de septiembre, el día 4, anunció su alejamiento.
Poco más de un mes después asumió como presidente, ganó las elecciones realizadas entre el 18 y 19 de octubre, y fue posesionado el martes 21.
Tomó el mando en una situación difícil. El plantel no cobraba desde hace tres meses, lo mismo que los empleados administrativos, e hizo frente a un déficit millonario que el club arrastraba desde hace varias gestiones.
Lo primero que hizo fue cubrir las deudas con el plantel, con los empleados del club y hacer un plan de pagos con Impuestos Nacionales y las AFP, y de esa manera pudo consolidar el patrimonio del club.
Fue campeón
En su primera gestión conquistó el título del segundo torneo de 2016, el recordado 24/12, logrado el 24 de diciembre de ese año, el día previo a la Navidad.
Antes fue parte del directorio que condujo Reintsch y conquistó el tricampeonato (2011-2012), además del título del Apertura 2013-2014.
Pablo Escobar, entonces capitán atigrado, lo recuerda mucho.
“Para con don César tengo palabras de agradecimiento y tres momentos que rememorar”, dice.
“El primero tiene que ver con cuando se empezó a hablar de su posible presentación en las elecciones y sus intenciones de asumir en el momento en que el club se quedó sin presidente. En esos días no teníamos ni agua y habíamos hecho una colecta, en la que los hinchas recaudaron casi 30 mil dólares. Don César supo de ella y me dijo que si era presidente iba a poner al día a los trabajadores del Complejo y de la Colón con sus salarios y así fue. No se olvidó de lo que me prometió y cumplió. Puso su patrimonio en riesgo en ese momento y sin ningún interés más que el beneficio del club. Eso es único y digno de rescatar”.
También recuerda que “en su primer semestre de presidente pasamos la pre Libertadores contra Morelia de México, era la primera vez que un equipo boliviano lo hacía y recuerdo que llevó al partido a toda su familia para acompañarnos, bajamos a desayunar y eran como 50 personas, nos sentimos en familia y con mucho apoyo”.
Finalmente —se acuerda Escobar— cuando se puso al frente de la institución “nos pidió ser campeones y gracias a Dios pudimos regalarle el 24/12. Él me entregó la Copa a mí como capitán”.
A un año de su fallecimiento “quiero enviarle saludos a su familia y pedirles que tengan fuerza siempre”.
El último mecenas
Freddy Téllez, quien ocupó varios cargos en la gestión de Salinas y fue el dirigente que más de cerca lo acompañó en el club y también en la FBF, lo considera “el último mecenas que he conocido, César para mí ha sido de los pocos presidentes de los últimos años que ha puesto su dinero para beneficio del club, y creo, quisiera estar equivocado, que no va a existir otra persona así”.
Gracias a ese desprendimiento se pudo superar una difícil situación económica de varias gestiones anteriores entre primas, salarios, deudas con las AFP, Caja, Impuestos. “Arregló varias cosas, el stronguista lo tiene que saber y con el tiempo se lo va a extrañar, porque son varios los años que la institución goza de estabilidad económica” gracias a él.
Rafael Mendoza —rememora Téllez— ha tenido la capacidad de construir el Complejo de Achumani con otros destacados dirigentes, y su obra se ha mantenido por muchos años; por su parte, “César ha tenido la capacidad para hacerlo crecer”.
“Varias veces me contó que desde jóvenes junto a doña Inés y su familia eran dirigentes de clubes en ligas zonales de El Alto, era algo que le gustaba”.
Su partida fue un gran dolor: “cuando me comunicaron, la verdad que no creía, fue una persona muy allegada a mí. He compartido muchos viajes con él, estuvimos en el Mundial de Rusia (2018), en la inauguración y en la Clausura, pasábamos mucho tiempo juntos, inclusive más que con nuestras familias y creo que en el club y la Federación ha cumplido un gran trabajo y ese es el recuerdo que tengo de don César”.
Su obra
No solamente sacó al club de un momento económico complicado, sino también se encargó de hacer muchas obras en beneficio de la institución.
Después de sanear las deudas en la primera época de su mandato, se encargó de hacer crecer el patrimonio del club. La primera fue la entrega de la cancha de fútbol 8 con césped sintético en el Complejo de Achumani.
Después modernizó el “predio de la Frías” como se lo conoce popularmente, muy cerca del mercado Yungas, que originalmente era llamado Complejo Deportivo Antonio Asbún, rebautizado como Complejo Cañada Strongest”.
Colocó césped sintético a la cancha de fútbol, construyó dos canchas más pequeñas para las escuelas de fútbol, oficinas y una sala de trofeos.
Su obra más importante, con la colaboración del gobierno nacional, fue la dotación del sistema de iluminación al estadio Rafael Mendoza y el enlosetado del ingreso al escenario.
En su gestión se empezó con la ampliación de las áreas deportivas del Complejo, construcción de dos canchas de ráquetbol para que en actualidad sean cuatro, y de la piscina semiolímpica, además de una más pequeña para niños y un sauna-jacussi. Las obras se inauguraron en agosto de 2018 y en marzo de 2019.
“Fue el gran impulsor y ejecutor de todas esas obras. Los stronguistas le estamos eternamente agradecidos”.