El orureño San José, descendido de la División Profesional a la Asociación de Fútbol de Oruro (AFO), continúa siendo blanco de demandas por deudas, y corre el riesgo de sufrir más sanciones de parte de los órganos judiciales del fútbol boliviano.
La situación del santo orureño es aún más complicada que la de la temporada pasada: el Tribunal de Resolución de Disputas (TRD) confirmó que en el comienzo de 2022 ya recibió al menos otras 10 demandas contra el santo por incumplimiento de obligaciones económicas con sus jugadores de 2021.
Todas se suman a las anteriores que hicieron la vida imposible del club el año pasado.
Si bien los procesos ya están abiertos, el club los está dejando pasar al no activar ningún mecanismo de defensa, por eso el TRD ya procedió a la apertura de los términos de prueba para, cumplida esa etapa, emitir las resoluciones que, con seguridad, instruirán a la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) que conmine al club a pagar, de lo contrario el Tribunal Superior de Apelación (TSA) fallará con más puntos de descuento.
El club orureño “está en riesgo de perder más puntos, la cantidad de casos de San José es abundante, en un cálculo a priori es de 10, su situación es difícil”, anotó Florián Zapata, presidente del TRD.
En 2021 San José perdió 12 puntos, pagó solo uno al empatar un partido con Real Potosí, y antes de la última jornada el TSA procedió a determinar su descenso a la Primera A del fútbol orureño.
Sus jugadores denunciaron más de una vez la falta de pago, incluso de hasta 14 meses de atraso.
Nada se apaga
El haber descendido no le exime de las deudas, por lo que el riesgo de seguir cayendo de categoría está latente.
La temporada del fútbol orureño comenzará probablemente el 19 de marzo, cuando el Santo cumpla 80 años de vida institucional.
En Oruro ya trascendió que el club solicitará licencia porque no tiene jugadores para afrontar la competencia, además, está impedido de habilitar nuevos futbolistas en el sistema Comet a raíz de las sanciones impuestas por la Cámara de Resolución de Disputas de la FIFA.
El año pasado se informó que su deuda superaba los 6 millones de dólares.
Algunos dirigentes hacen gestiones para hacer desaparecer la razón social y fusionarse con otro club, lo que la FIFA prohibe.
El Tribunal de Honor, presidido por Ernesto Araníbar, continúa al frente del club.
Otros casos
Real Potosí, que también descendió, tiene una deuda mucho menor, de unos 600.000 dólares, pero jugadores que defendieron esa camiseta en 2021 también han presentado demandas contra el club.
La dirigencia a cargo de Real abrió la posibilidad de declarar al club en quiebra, lo que no prosperó.
El club de la Villa Imperial deberá afrontar el torneo de su asociación en 2022.
Zapata señaló, por otra parte, que el TRD ha recibido diversos casos de la mayoría de los clubes de la División Profesional, excepto de Bolívar, The Strongest y Always Ready, los únicos tres que “seguramente no tienen problemas”, como tampoco de los dos Universitario, de Sucre y de Vinto, que ascendieron esta temporada.