«Estoy viviendo un sueño al ingresar a la cancha y marcar mi primer gol en eliminatorias, con mi familia viendo desde la tribuna».
Un minuto antes de desatar la algarabía anotando el gol del triunfo, Ramiro Vaca había ingresado a la cancha en lugar de Fernando Saucedo y en la primera jugada en la que participó mandó a guardar la pelota al fondo de la red para el triunfo de Bolivia sobre Perú.
El volante del Beerschot de Bélgica le hizo un pase a Rodrigo Ramallo, el centro le llegó primero a Marcelo Martins, su remate fue rechazado por un zaguero, y el balón le llegó justo al ex The Strongest, quien de primera sacó un zurdazo y, con un ligero toque en alguien de la zaga, desubicó al arquero Pedro Gallese.
Fue en el minuto 82 del partido cuando llegó el desahogo de todos para celebrar el tanto del triunfo.
“Estoy viviendo un sueño al ingresar a la cancha y marcar mi primer gol en eliminatorias, con mi familia viendo desde la tribuna. Me da una enorme alegría ayudar al equipo”, enfatizó Vaca a la transmisión oficial.
El técnico César Farías lo había convocado para mandarlo a la cancha a unos 10 minutos del final y con todo en contra, porque el empate parecía “amarrado” y Bolivia jugaba con uno menos por la expulsión de Henry Vaca.
“Sentí alegría cuando me llamó porque es un privilegio vestir la camiseta de la selección en un torneo internacional; nunca me imaginé lo que iba a venir después”, agregó sobre su gol.
Fue su segundo tanto en la Verde, pero el primero —y muy valioso— en una competición oficial después del que hizo en un amistoso contra Nicaragua en 2019.