Doce clubes que están entre los más poderosos de Europa, que pertenecen a Inglaterra, España e Italia, anunciaron la creación de la Superliga. La FIFA y la UEFA ya la han rechazado y han lanzado advertencias contra los participantes. Todo apunta a que los más ricos quieren muchas más ganancias de las que reciben en la actualidad.
Varias ligas domésticas de las más fuertes también mostraron su desacuerdo. Otros clubes poderosos, como el Bayern de Múnich alemán y el PSG francés no están dispuestos a participar. Apenas nacida, la Superliga ya tiene muchas voces en contra.
El grupo de los 12 tiene como finalidad, con esta competición elitista, mover miles de millones de euros, mucho más de los que reciben de la Champions League y otros torneos europeos de clubes. El dinero sería para unos pocos, apenas 20.
¿Qué es?
La Superliga tiene el objetivo de ser independiente de las ligas nacionales o las competiciones europeas impulsadas por la UEFA (Champions League, Europa League y Supercopa europea). Por el momento cuenta con 12 clubes fundadores. Fueron invitados tres, pero todos ya rechazaron formar parte: PSG y el Bayern de Múnich; además del Borussia Dortmund; otros cinco equipos se clasificarían cada año.
Los clubes fundadores son: los ingleses Manchester United, Liverpool, Chelsea, Manchester City, Arsenal y Tottenham; los españoles Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid; y los italianos Juventus, Milan e Inter.
El formato ideado es que los 20 equipos queden divididos en dos grupos de 10, con partidos a ida y vuelta. Los tres primeros de cada grupo pasarían al sistema de eliminatorias a ida y vuelta a partir de cuartos de final. Los cuartos y quintos jugarían una eliminatoria para completar los ocho de cuartos. En total, se disputarían 197 partidos.
El inicio está previsto para agosto de 2022.
Jugosas ganancias
Según datos publicados por el diario El País de España, los integrantes de la Superliga “se repartirán 3.525 millones de euros procedentes de diversos inversores. El reparto, si finalmente son 15 los fundadores (12 más los tres invitados) sería así: 350 millones de euros para seis clubes, 225 para cuatro, 112,5 para dos y 100 para tres clubes, repartido de acuerdo a un sistema interno no sujeto a la clasificación de cada año”.
Además —sostiene la publicación— se estima que se ingresarán 4.000 millones de euros por derechos de televisión. Un 65% de esos 4.000 millones sería para los fundadores; un 20% se adjudicaría por méritos deportivos en la competición y un 15% por distribución comercial. Así pues, los 20 clubes ingresarían, como mínimo, unos 60 millones por participar. El ganador recibiría algo más de 250 millones de euros, más del doble de lo que recauda el ganador de la actual Champions League.
El proyecto es dirigido por Florentino Pérez, presidente del Real Madrid como presidente de la Superliga. Los vicepresidentes serán Andrea Agnelli, titular de la Juventus, y Joel Glazer, propietario del Manchester United.
EUFA y FIFA anuncian sanciones
La UEFA calificó de “cínico” el proyecto de la Superliga y avisó de las consecuencias para los clubes y jugadores implicados: “Los clubes afectados no podrán participar en ninguna otra competición a nivel nacional, europeo o mundial, y sus jugadores podrían verse privados de la oportunidad de representar a sus selecciones nacionales”, según un comunicado.
“La UEFA, la FA (la federación inglesa), la Real Federación Española de Fútbol, la FIGC (federación italiana), la Premier League, LaLiga, Lega Serie A, pero también la FIFA y todas nuestras federaciones miembros, seguiremos unidos en nuestros esfuerzos para detener este cínico proyecto, un modelo que se basa en el interés propio de unos pocos clubes en un momento en el que la sociedad necesita más que nunca la solidaridad”, añadió.
De seguir en el proyecto, incluso el City, el Real Madrid y el Chelsea podrían ser apartados de las semifinales de la Champions a la que están clasificados. El PSG podría ser declarado campeón.
Para la FIFA es una idea “separatista y cerrada” que no respeta los principios de “solidaridad, inclusión, integridad y redistribución económica”, y ha pedido a todas las partes implicadas que mantengan “un diálogo tranquilo, constructivo y equilibrado” por “el bien del fútbol”.