Hace exactamente un año —tiempo aún más difícil e incierto que el actual— nacía esta experiencia comunicacional consagrada al ámbito deportivo. Y lo hacía a través de una red social como Facebook; la presencia en página web llegaría posteriormente, no sólo como signo de evolución, sino en pro de una necesidad: presentar un producto de mayor amplitud, contexto estético y empatía con las exigencias digitales de la actualidad.
Escribo experiencia, pero bien podría apelar a la palabra aventura. En el buen sentido, por supuesto.
Todo nuevo emprendimiento de esta naturaleza siempre involucra optimismo, confianza en los recursos humanos disponibles para alcanzar objetivos anhelados, trabajo (mucho trabajo), conocimiento, sacrificio y abandono, a veces, de las zonas de confort. El riesgo, asimismo, no es factor inexistente.
Sin embargo, por sobre todo, se empapa de idoneidad, profesionalismo, apego innegociable a la verdad e infinito amor hacia el periodismo.
Eso es hoy —con trescientos sesenta y cinco días de vida— PREMIUM PERIÓDICO DEPORTIVO ( www.premiumsportsbo.com).
Soy testigo —en la platea de la lectura habitual — de su esforzado crecimiento. En alguna oportunidad —a pedido de quienes considero entrañables compañeros de oficio— he contribuido con alguna modesta columna de opinión. Esta vez, y estimo pertinente ponerlo de manifiesto, la petición a su director ha sido mía. Necesitaba reflejar públicamente una expresión de reconocimiento y homenaje al periodismo de calidad, ese que lamentablemente escasea. Es que provenimos no sólo de las aulas académicas, sino de una escuela extraordinaria, la forjada, en lo cotidiano, por maestros de la talla de Miguel Velarde Tapia y Lorenzo Carri (+) a quienes nunca terminaremos de agradecer.
El deporte, en la mayoría de los casos, respeta en gran dimensión el concepto de equipo. Suele afirmarse que los colectivos virtuosos hacen historia. Y éste va camino, sin duda alguna, a instalar los nombres de Ramiro Siles, Jorge Asturizaga, Marcos Bonilla y Marcelo Avendaño como referentes a ser tomados en cuenta (no quiero olvidar las ilustraciones de Enrique Campuzano). Tampoco ignoro a un circunstancial ausente, porque el colega Rafael Sempértegui, hoy editor de Marcas de La Razón, es parte del grupo desde el invalorable pedestal de la amistad, ese que supera cualquier tipo de barreras y/o coyunturas pasajeras.
He aquí un notable ejemplo para las nuevas (y algunas no tan nuevas…) generaciones periodísticas, tan afectas, en ciertos casos, (hay honrosas excepciones) al deficiente bosquejo de show con poco ocurrentes apodos a futbolistas, conceptos livianos, culto a la egolatría, y, lo que es peor, irrespetuosidad a la autoría de la publicación. No cuesta nada mencionar hidalgamente el origen. En las universidades, en las Facultades de Comunicación Social, existe una materia denominada Deontología; está a la vista que algunos no la cursaron o en definitiva la desaprobaron.
En todo orden de cosas la siembra apunta a la cosecha. Es la senda que transita, en esta anualidad, PREMIUM PERIÓDICO DEPORTIVO, exento de simpatías o antipatías inapropiadas. Sí abanderado ferviente con la causa del progreso de la actividad física nacional en todas sus manifestaciones, populares o no.
«Necesitaba reflejar públicamente una expresión de reconocimiento y homenaje al periodismo de calidad, ese que lamentablemente escasea».
No es sencilla, además, la consolidación de productos noticiosos en las plataformas digitales. El tradicionalismo cuenta con cimientos fuertes y la batalla de las modalidades insertas en la tecnología se libra —al menos en el medio doméstico— en desventaja si del rubro comercial se trata, sustento más que indispensable, pero no contaminante de la independencia de contenidos. El examen relativo a la gestión debut está aprobado con nota sobresaliente (el número de visitas en el día a día es una medida de inequívoco respaldo y objetividad) y me asiste la certeza que agencias publicitarias y firmas particulares lo consideran y considerarán, como corresponde a una entrega calificada, creíble, seria, de jerarquía.
Espero no cometer indiscreción si aludo, al pasar, que PREMIUM PERIÓDICO DEPORTIVO encara la pretemporada destinada a flamantes y renovadas fases de su razón de ser. Mis mejores y anticipados augurios para dicho signo de desarrollo y transformación.
“Cuanto más difícil es la victoria, mayor es la felicidad de ganar”, dijo el inolvidable Pelé. Representa una aseveración que viene como anillo al dedo.
Que el solitario cirio de celebración sea —a fuerza de la faena que demanda rigor e inmediatez; vaya fórmula severa— la motivación de continuar sin desmayos, de hacer del reto inherente al buen periodismo un fundamento esencial. Entonces, seguramente, se marcará un hito. Y el tesón, empeño, dedicación, además de responsabilidad habrán valido la pena. La criatura —engendrada en contornos de inesperada complicación— prodiga nivel de excelencia. Y su propulsión ya no sabe de límites.
Oscar Dorado Vega es periodista.