Ya se sabe que muchos dirigentes en el fútbol boliviano no tienen vergüenza. Deben un montón de salarios a los futbolistas y se ríen en la noticia. No reúnen las condiciones mínimas para ser clubes de Primera y no les importa porque porque están seguros de que un círculo de amigos los protege.
Por eso, tres clubes de Santa Cruz ni se sonrojaron al anunciar que van a proponer la modificación de la Convocatoria de Campeonato para que se anulen los descensos. Hay un detalle no menor en esto: si lanzaron esa “comunicación oficial” es porque están casi seguros de que van a salirse con la suya; es decir, que hay preacuerdos establecidos para que en la reunión del Consejo Superior de la División Profesional se apruebe que en 2024 no haya descensos. En menos palabras: está oleado y sacramentado. Ojalá que no.
Si finalmente se da como parece no sería la primera vez y, como van las cosas, tampoco la última. Pero hay que dejar las cosas claras: ninguna organización que se precie de ser seria podría tomar una determinación de tal calibre.
Ahora, cada quien, en el país, por los acontecimientos que se han ido dando en el último tiempo, ya tiene un concepto cabal sobre si el fútbol boliviano es o no serio, si es o no transparente, si es o no honesto, si es o no corrupto y varios etcéteras. Los que lo dirigen también tienen su postura al respecto y la defienden. Cada uno sabe, cada quien tiene conciencia.
El tema va más allá: si un ladrón roba a vista de todos, por qué se lo tendría que perdonar, en qué tendrían que apoyarse los demás para no castigarlo. Salvando las distancias, es lo mismo: si un club hizo todo bien merece ser campeón; por el contrario, si lo hizo tan mal, tiene que descender. Así como las leyes hacen a la sociedad, los reglamentos son para cumplirlos si fueron aprobados y firmados.
No puede ser posible, por tanto, que quienes gobiernan el fútbol boliviano y los que son parte de él, determinen a sus anchas una modificación reglamentaria tan importante que hasta en los torneos de barrio se respeta.
Qué barbaridad que esté por ocurrir.
Real Santa Cruz, Royal Pari y Guabirá comenzaron su comunicado con una frase: “El fútbol cruceño es y será siempre parte fundamental del fútbol boliviano. Su crecimiento, renovación y presencia en el sistema deportivo es una muestra de la unidad del fútbol de nuestro país”. Capaz que no se hayan dado cuenta de que, lo que en realidad están haciendo es deshonrar a su cuna futbolística. Y si eso tiene aval del resto, el fútbol boliviano en general habrá dado un paso nefasto. Otro más.
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