The Strongest no tuvo el apoyo que esperaba de su público para el partido con el uruguayo Peñarol, este miércoles en el estadio Hernando Siles, donde solo unas 10.000 personas asistieron para ver la revancha de los octavos de final de la Copa Libertadores de América.
El llamado que hicieron el técnico atigrado Ismael Rescalvo y los jugadores a los aficionados para que les acompañen, no surtió efecto. Ninguna de las cuatro tribunas del escenario de Miraflores, con capacidad para unas 40.000 personas, estuvo colmada. La mayor cantidad de aficionados su ubicó en la recta de general.
“Siempre a tu lado” y “Recta inmortal” rezaba un gigante trapo colocado entre las bandejas alta y baja de ese sector.
Ni siquiera la curva sur, donde suele apostarse la barra oficial del Tigre, estuvo llena.
Los últimos resultados adversos que sufrió el equipo mermaron la confianza de la gente stronguista. El 4 a 0 sufrido en la ida, una semana antes en Montevideo, influyó para que mucha gente decida no ir al estadio.
El público presente de todas maneras alentó al equipo. También se impacientó bastante al ver que el gol no llegaba o que los jugadores locales fallaban alguna chance en el área contraria.
Peñarol, por su parte, tuvo apoyo de un pequeño grupo de hinchas que fue ubicado en la parte alta de la curva norte, la zona que es “propiedad” de los aficionados bolivaristas.
En la parte baja de esas graderías también había público, pero en menor cantidad que en el resto del escenario.
La dirigencia del club tenía la expectativa de contar con un mayor número de asistentes. La entrada más barata para este partido tuvo un costo de 80 bolivianos para las curvas.