Hugo Alvarado Llanos falleció el lunes en La Paz. Fue un emblema del automovilismo paceño. Aparte de ser un notable corredor y mecánico, era una persona muy querida en el deporte tuerca.
Su zona era San Pedro, donde por años tuvo su taller mecánico. Varios de sus colegas deportistas le confiaban sus coches de carrera para que los prepare antes de las competencias.
“Era buen representante paceño y muy allegado a la gente del estrecho de Tiquina, porque nació en San Pablo de Tiquina. Cada vez que llegábamos en una carrera hacia Copacabana era muy bien homenajeado, le tenían mucho cariño”, cuenta el ex campeón boliviano Armando Paravicini, quien compartió con Alvarado en las carreras y fuera de ellas.
Lo recuerda como una “excelente persona, muy respetuosa, educada. Huguito Alvarado siempre fue un hombre sonriente ante todo”.
Otro notable, Dieter Hubner, también compartía los momentos deportivos. “No tuve mucho contacto con él fuera de las carreras, pero era una buena persona”.
Abad Tambo, presidente de la Asociación Departamental de Automovilismo Deportivo de La Paz (AADLP), lo calificó “en sí” como “un emblema de la bandera de La Paz. Todos los pilotos quieren ser como Armin (Franulic, +), Hugo Alvarado (+) y Armando Paravicini”.
‘Intrépido’
Como piloto era sereno, pero siempre iba en busca de los primeros sitiales.
«Era intrépido, de punta, de tal forma que siempre estaba en los primeros puestos, un piloto realmente bueno”, destaca Paravicini.
Brilló en varias competencias y uno de sus mayores logros fue haber ganado el Gran Premio Nacional de 1980.
“Recuerdo que yo salí segundo en esa competencia. También ha corrido el circuito San Cristóbal, el circuito de Manaco, ha participado de todos los eventos que se corrían antes. Compitió con nosotros en la última temporada. Estaba con la tecnología de los autos y corría con un Ford Mustang en sus buenos momentos, después se bajó a la categoría 2.000 centímetros cúbicos y empezó a correr con Toyota”.
En los 60 se “codeaban” con Hubner, quien rememora que entre ambos ofrecían grandes shows en cada competencia.
“Nos ha dado buenos espectáculos y teníamos buenos duelos con él. La primera vez ha sido en los años 60 en la Doble Copacabana, que ganó él una o dos etapas”.
Hombre de motores
Fue mecánico y preparador. No solo competía, sino también hacía que los coches de otros pilotos estén a gran nivel.
“Era un piloto de renombre y a toda la familia tuerca le duele la pérdida de nuestro querido campeón”, recalca Tambo.
“Es una pérdida irreparable para su familia, para todos los amigos que lo han conocido y realmente mi sentido pésame a toda la gente de San Pedro y a la familia Alvarado”, dice Paravicini.
Hugo Alvarado fue sepultado este martes en el Cementerio General.
(Fotos: Archivo del periodista Mario Roque)