El mexicano Ernesto Canto Gudiño le tenía una fe ciega al entrenamiento de los marchistas a orillas del Lago Titicaca. Vino como atleta a pasar semanas en Huarina y sus alrededores, fue campeón olímpico de los 20 kilómetros en Los Ángeles 1984 y cada que pudo regresó a Bolivia trayendo a sus equipos cuando le tocó ser instructor.
Canto falleció el viernes (20 de noviembre) a los 61 años de edad, víctima de un cáncer, confirmó el Comité Olímpico Mexicano (COM).
Su carrera como marchista olímpico fue reconocida por sus múltiples logros, entre los que destaca la medalla de oro de Los Ángeles 84.
“Él formaba parte del equipo conducido por el entrenador polaco Jerzy Karol Hausleber, entonces venían a entrenar a la altitud. Vinieron varias veces. Luego él repitió trayendo a sus atletas”, recordó Fernando Trino, quien entrenó a la marchista número uno del país Geovana Irusta.
El 31 de octubre pasado el atleta comunicó a través de su cuenta de Twitter sobre la lucha que libraba en contra de una enfermedad. También agradeció la preocupación del público e informó: “cada día recupero fuerza y ánimo para seguir adelante”. Cinco días después, por el mismo medio, agradeció las muestras de cariño y pidió comprensión pues los médicos le recomendaron tranquilidad.
“Fue uno de los más grandes atletas mexicanos a nivel mundial”, agrega Trino, hoy director del Servicio Departamental de Deportes (Sedede) de La Paz.
Hausleber, que se hizo amigo del deporte boliviano, descubrió que las condiciones de altitud en el Lago Titicaca y la topografía del lugar ayudaban a la preparación específicamente en la marcha.
Su trayectoria
Canto nació el 18 de octubre de 1959 en la Ciudad de México. “A los 13 años inició su cosecha de victorias: campeón nacional infantil; después, en 1973 conquistó los 10 kilómetros del Centroamericano y del Caribe Juvenil Caracas 1974, título que conservó en Xalapa 1977 y también logró el título Juvenil de América, en Montreal.”, rememoró el COM.
Hacia el final de la década de 1970 comenzó su carrera como atleta. En 1981 recibió el Premio Nacional del Deporte. Un año después comenzó su camino para clasificar a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 al conseguir la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en La Habana, Cuba. El siguiente año consiguió el campeonato mundial en Helsinki, Finlandia y recibió el trofeo de la Hispanidad. Esos logros lo llevaron a ser considerado como el “Mejor Andarín del Mundo” en 20 kilómetros por la Federación Internacional de Atletismo (FIA).
Hausleber tuvo mucho que ver para que se volviera un especialista en los 20 kilómetros de la marcha. Su logro más grande fue llegar primero al Memorial Coliseum de Los Ángeles para colgarse el oro olímpico.
Muy dedicado
Canto “cumplía con su entrenamiento habitual, pero no solo eso. De noche, seguía con una rutina que era propia de él. Era muy dedicado”, agregó Trino.
Fue el primer marchista en caminar el kilómetro en menos de cuatro minutos. Su promedio de velocidad fue de 38 kilómetros por hora. Cada cuatro años recorría la distancia de 40 mil kilómetros entre competencias y entrenamientos, el equivalente a dar una vuelta a la Tierra, destacó el diario argentino Infobae.
“Como país podemos decir que México tuvo el primer título de atletismo y me tocó a mí hacerlo. Entonces eso fue lo extraordinario, porque son las cosas que te marcan y dejas huella. El ser el primero en algo es muy importante. A mí me tocó, afortunadamente, ser el primero en muchas cosas y en mi disciplina fui el primero en ser campeón del mundo”, declaró Ernesto Canto al periódico Esto luego de triunfar en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984.