Un episodio que marcó la carrera futbolística de Martín el “Loco” Menacho fue el cocacho que le dio a un árbitro asistente en 2004 siendo jugador de Real Potosí, en un partido frente a San José en el estadio Jesús Bermúdez de Oruro.
Fue el 27 de octubre de 2004, su víctima fue José Salgado. Por ese hecho, bautizado como “el cocacho de Menacho”, el jugador fue suspendido un año.
Veinte años después el ahora exfutbolista mira lo que sucede con el fútbol que está parado y se siente dolido por la crisis dirigencial.
“Me faltarían manos para cocachear a los malos dirigentes que no se ponen de acuerdo, me dolerían los dedos de tanto aplicarles porque cada vez aparecen más de los malos, no sé cómo se reproducen. Han aparecido nuevos directivos que son peores que los que estaban. No me explico cómo estamos tan mal habiendo más tecnología, habiendo más dinero para el fútbol”, dice.
Habla en broma y también en serio.
“Me gustaría asesorar a muchos que no tiene ni noción de lo que hacen. Lo suyo es hacer fútbol y no hay fútbol en el país”.
Sus anécdotas
Jugó 20 años, vistió las camisetas de Blooming, del cual es hincha, Oriente Petrolero, Bolívar, The Strongest, Wilstermann, Real Potosí, La Paz Fútbol Club, Guabirá y Nacional Potosí.
Por su castigo, en 2005 se fue a Perú, donde jugó en el Sport Ancash.
Su carrera está plagada de anécdotas. El técnico Carlos Aragonés decía de Menacho que era una persona que le hacía bien al vestuario, una persona positiva y que motivaba al resto.
“Es que por mi carácter me hacía amigo de todos y si se fijan en mi carrera en el país estuve en clubes grandes, donde siempre llegan buenos jugadores, entonces encajábamos, nos llevábamos bien. Cuando había que estar serio también me hacía escuchar, siempre iba de frente”, comenta.
“A mí me gustaba dar notas, nunca he negado entrevistas. Era un ‘figureti’”.
También se acuerda de un momento en el Ancash de Perú, sobre todo por un gol del triunfo contra el Cienciano.
“Eran los minutos finales, antes me habían amonestado y cuando anoté el gol festejé quitándome la camiseta, sabía que me iban a mostrar la segunda tarjeta y luego vendría la expulsión, por eso me fui directo al túnel de vestuarios haciendo señales de que el partido estaba terminado. Se armó un problema en la cancha, los rivales pensaban que los estaba cargando, pero no era así. A veces no medía en las situaciones y terminaba perjudicando al equipo”.
De Blooming
Jugó el clásico cruceño vistiendo ambas camisetas. Declarado hincha de Blooming dice que los aficionados del club no se acuerdan los goles que le hizo a Oriente, pero siempre le recuerdan el que marcó al equipo de sus amores cuando militaba en el tradicional rival.
“Le hice un gol y recuerdo que lo festejé con gritos en la cancha y la hinchada me gritaba de todo, tiempo después la gente me recordaba esa conquista, me reclamaban por eso y yo les respondía las veces que marqué para Blooming, incluso goles que valieron el título de 1999, pero ni se acuerdan”.
A propósito del título de Blooming que llegó en 1999, tiempo en el que los campeones salían anualmente, es decir que el ganador del primer torneo jugaba con el vencedor del segundo por el título nacional. Esa vez el celeste cruceño y The Strongest llegaron a la definición.
47 años tiene Martín Menacho, nacido el 7 de agosto de 1973.
“Anoté en el primer tiempo un gol y lo festejé con los hinchas trepándome a la malla. Estaba amonestado y me mostraron la segunda amarilla, me fui contra el árbitro y me apoyaron los compañeros y sucedió lo peor porque también lo expulsaron a Víctor Hugo Antelo, el equipo se quedó sin delanteros para el segundo tiempo. Por suerte se sostuvo la diferencia y salimos campeones, caso contrario me imagino lo peor”.
Su apego a las notas
Jugó en los tiempos en que el periodismo tenía ingreso irrestricto a las canchas y podía tener contacto diario con jugadores y cuerpo técnico todos los días, diferente a las restricciones de ahora.
“A mí me gustaba dar notas, nunca he negado entrevistas, ganaba o perdía yo estaba ahí, creo que hablaba más que entrenar. Era un ‘figureti’, así me decían los compañeros de todos los equipos, otros me decían vende humo porque agrandaba situaciones, yo les respondía que mi humo valía, tenía buen precio. La verdad es que con los medios de comunicación me llevé siempre bien”.
Jugó poco en la selección y argumenta por qué sus convocatorias fueron escasas. “En mi época a la selección llegaban los mejores jugadores, no es como ahora. Cuando me tocó una citación fue porque había hecho muy bien las cosas en mi club”.
En la actualidad Menacho reside en su Santa Cruz natal y es técnico formador en la Escuela Municipal de Fútbol de Cotoca, allí trabaja con exfutbolistas como Limberg Méndez y Raúl González. “Me he formado como técnico, tengo el título, prefiero trabajar con los niños, de ahí no te botan al quinto resultado malo como en los clubes profesionales, así que estoy tranquilo”.
“Han aparecido nuevos directivos que son peores que los que estaban, no sé cómo se reproducen”.
Martín Menacho (Santa Cruz, 7 de agosto de 1973) sigue tan divertido como antes. Con él no hay frases rebuscadas, sus respuestas llegan cargadas de diversión, pero también tienen mucho de verdad. Un loco lindo que vivió su época de futbolista con alegría. “Cuando tenía que tirame de cabeza y morder pasto por llegar a una pelota lo hacía. Siempre fui el mismo con la camiseta de un club grande o de uno pequeño, quizá me sentía más cuando estaba en los denominados chicos porque siempre tratan de verte como si fueras menos”.
Fotos: Familia Menacho