Javier González es el representante de la empresa española Mediaproducción (Mediapro), a cargo de la implementación del sistema de asistencia por videoarbitraje (VAR) en Bolivia. A falta de cerrar el acuerdo con la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), asegura que “estamos todavía en fecha” para proceder a la capacitación de los árbitros y los técnicos, a fin de que ese soporte tecnológico pueda ser utilizado a partir del torneo Clausura, cuyo inicio está previsto para junio.
– ¿Qué está haciendo Mediapro para la implementación del VAR en Bolivia?
– El proceso se divide en dos: la realización como VAR que comenzaríamos desde junio de 2022 y la otra (la previa) es la capacitación de los árbitros. Por parte de Mediapro corresponde primero la capacitación de los árbitros en Bolivia junto con nuestro personal técnico.
Tenemos a disposición los simuladores que están desde hace un mes (en el país). Desde agosto del año pasado tenemos un preacuerdo con la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) para ser el proveedor del servicio, esa vez comenzaron las conversaciones, en septiembre y octubre se cerró y nosotros nos pusimos a disposición. Estoy en Bolivia desde el 3 de marzo.
– ¿En qué consiste la capacitación?
– Es fundamental, de lo contrario el inicio de las operaciones se pone en riesgo. No puedes tener a unas personas trabajando por un lado y a otras, por otro, porque cuando lleguemos al primer partido ya se pueden imaginar lo que pasaría. Esto es una sinergia que debe funcionar con gente que se acostumbre a hablar lo menos posible y a actuar con velocidad, que cada uno sepa lo que debe hacer cuando haya una jugada susceptible en la que se solicita al VAR intervenir.
– Habrá sesiones teóricas y prácticas para capacitar, ¿qué más?
– Previa o durante la capacitación hay que certificar los campos para tomar medidas. Los equipos necesitan un marcado de líneas sobre el campo, que se hace con todas las cámaras de la producción, esa labor es el principio básico del funcionamiento.
– ¿Y cómo se da la certificación de canchas?
– Hay que fijar las posiciones de las cámaras en cada estadio, su ubicación debe ser validada por los clubes. Desde la línea de las bandas deberán estar a unos siete metros y las de la línea de gol a una altura de 10 metros, luego hay que sincronizarlas para tener una perspectiva total y garantías para resolver los problemas más difíciles.
– Usted dice que los simuladores ya están en el país, ¿dónde los van a instalar?
– Instalaremos en un sitio que la FBF proponga, la idea es tener centralizado todo para un trabajo conjunto, realizando con los capacitadores y árbitros las mismas operaciones.
Los simuladores se instalan en el campo, se disponen las cámaras como si fuera un partido real y cumpliendo lo que dice el VAR.
Después se harán partidos de categorías menores y juveniles, luego se pasará al uso de los denominados clips, que son grabaciones de partidos donde hay jugadas en las que le toca intervenir al VAR. Los árbitros tendrán que hacer la búsqueda de cámaras, la repetición con imágenes hacia atrás o adelante, girar ángulo y requerir videos de otras cámaras. Es así como se realiza la capacitación.
– ¿Alcanzará el tiempo para implementar el sistema desde el segundo semestre como quiere la FBF?
– Es evidente que es mejor cuanto más largas sean las clases, de seis a ocho semanas. Si tenemos menos tiempo hay que hacerlas más intensas y nuestros técnicos y árbitros tendrán que estar más horas (por día).
En principio estamos todavía en fecha. Tampoco es cuestión de acortar mucho porque habrá riesgos para cuando comiencen las operaciones. Esto no es como un USB que se inserta a una ranura y se lo aprende todo.
Las capacitaciones son como todo, cuando uno más practica mejor sale, cuanto más tiempo estemos tardando en decidir el inicio del trabajo habrá un poco más de riesgo.
La otra parte es hacer más intensas las capacitaciones, pero tampoco vas a tener a la gente reunida 20 horas al día, no se trata de eso.
Es practicar y estar en sinergia entre árbitros y técnicos y que las comunicaciones entre ellos sean menores, y que el tiempo de intervención del VAR sea menos y no como sucedió en experiencias anteriores con 7 y 8 minutos de demorar porque se hacía complicado encontrar los ángulos o las imágenes precisas.
– ¿Hay un tiempo ideal para la duración del curso?
– En lo que hicimos anteriormente tuvimos todos los modelos de tres a cuatro meses como marcan los protocolos de la FIFA y Conmebol. Ellos marcan y deciden si aceptan algún plan.
Pasamos un plan a la FBF, nos pidieron ajustar algunos tiempos y lo hemos hecho. Cuando arranque la operación vamos a estar bajo el ojo de todos, por tanto, hay que darle la mayor seguridad y eso se da con una capacitación estable, con todos juntos y manejando el mismo sistema de equipos.
– ¿Por qué tiempo de capacitación es su última propuesta?
– Ocho semanas, pero está bien hasta siete, aunque hay que hacerlo de manera intensa. Estamos hablando del VAR, no es algo que no va a pasar nada, estaremos en riesgo desde la primera jornada si no nos acomodamos todos.
Nuestro plan era un poquito más largo, nos pidieron ajustar y está en manos de la federación.
– ¿Cuántos técnicos vendrán al país?
– Hacemos operaciones en unos 21 países de Asia, Europa, Centroamérica y Sudamérica. En principio vendrán entre cuatro y seis capacitadores que también certificarán los estadios. Su llegada depende de la FBF, nosotros garantizamos que las operaciones sean solventes y lo más claras posible.
– ¿Conoce usted el costo del uso del VAR por partido en Bolivia?
– Ese es un tema de la federación. En una reunión anterior nos pidió un gesto y tuvimos algo. Lo que puedo decir es que el costo está muy por debajo de Argentina, más de mil dólares menos.
(PREMIUM averiguó que el costo en Argentina es de unos 4.475 dólares por partido. Hace un tiempo el presidente de la FBF, Fernando Costa, habló de un costo de 3.200 dólares por partido).
– ¿Los equipos que se usarán en los partidos cuándo se prevé que llegarán?
– El VOR, donde se instalarán los equipos, son unas furgonetas nuevas que ya están en el país. Son vehículos con capacidad para 16 y 18 plazas, se retirarán los asientos y se montará la mesa con espacio para cinco personas, que son el colectivo arbitral, un operador técnico y el quality manager (jefe técnico), y afuera estará un técnico para resolver inconvenientes.