Hace cuatro años, en los Juegos Olímpicos de Río 2016, sucedió un hecho inédito para el deporte boliviano: por primera vez una entrenadora nacional logró que cinco atletas se clasifiquen por mérito propio a la mayor cita multidisciplinaria del mundo.
Martha Marín intenta hacer lo mismo ahora al mando de otros tres deportistas a los que les dedica un intenso trabajo de preparación, con el objetivo de que logren la marca mínima para llegar a Tokio 2020 (postergados hasta el 23 de julio al 8 de agosto de 2021 debido a la pandemia del coronavirus).
Marín se dedicó desde sus 14 años a competir en las pruebas de fondo, especialmente en la maratón (42 km). Luego se hizo entrenadora y ahora cosecha los frutos de su labor.
Ángela Castro (quien fue la abanderada de la delegación nacional), Wendy Cornejo, Stefany Coronado y Marco Rodríguez (todos en 20 km), además de Ronal Quispe (50 km) fueron de su mano a Rio.
Castro logró lo que nunca antes había conseguido un marchista nacional en unos Juegos Olímpicos: ubicarse en el Top-20 al haber concluido la prueba en el puesto 18.
Luego de cuatro años Castro sigue siendo la mejor marchista del país y ha recibido la única tarjeta de invitación que da el Comité Olímpico Internacional (COI) para asistir a la capital japonesa.
Sin embargo, Marín, la propia marchista y el resto del equipo quieren más, llegar a Tokio por mérito propio.
“Tratamos de que la marcha pueda tener ese espacio y ratificar lo que hicimos en Río. Estamos trabajando fuerte con mis alumnos. Para los Juegos Olímpicos tengo a tres que luchan por hacer la marca mínima: Ángela (20 km), Pablo Rodríguez —hermano menor de Marco— y Rodrigo Zeballos (ambos en 50 km), quienes están muy cerca, entonces vamos a intentar cumplir para clasificarlos”, explica Marín a PREMIUM.
Trabajo virtual y presencial
La cuarentena impuesta por el Gobierno Nacional a mediados de marzo por la pandemia del coronavirus afectó la preparación de los deportistas, aunque hasta julio realizaron entrenamientos por la aplicación Zoom para no perder estado físico.
“Hemos estado entrenando de forma virtual. Hicimos un trabajo de mantenimiento a un solo turno. Hacíamos trabajos de fuerza, como abdominales, dorsales, circuito de ejercicios intercalados y genéricos para tratar de mantener el estado físico de los chicos”, detalla Marín, quien durante 12 años fue atleta y representó al país en varios eventos internacionales, como los Juegos Bolivarianos Santa Cruz y Cochabamba 1993.
Con la flexibilización de la cuarentena el grupo de 15 alumnos (11 de marcha y 4 en fondo) volvió a los entrenamientos presenciales en agosto.
“Empezamos poco a poco y a partir de septiembre salimos a las rutas. Vamos a la Cumbre, Pucarani y camino a Huarina. Son lugares poco concurridos. Para ir nos levantamos a las 06.00 y regresamos al mediodía”, detalla Marín, entrenadora de marcha y fondo desde sus 29 años.
Los martes, jueves y sábado realizan el tipo de entrenamiento en ruta, mientras que los lunes, miércoles y viernes hacen ejercicios de fuerza de 08.00 a 11.00 en el gimnasio.
Clasificación a Tokio
Dentro del atletismo hay dos maneras de obtener un cupo por mérito propio: conseguir la marca mínima o estar dentro de los 60 mejores en el ranking mundial.
Actualmente Castro se encuentra en el puesto 35, pero apunta a conseguir la marca de los 20 km (01h31’00”), mientras que Rodríguez y Zeballos están cerca del tiempo requerido para los 50 km (03h50’00”).
Para conseguirlo Marín y sus alumnos ya tienen programado un calendario en el que se realizarán torneos clasificatorios.
Con los varones asistirá al Challenger de Tijuana, México (en febrero de 2021) para buscar la marca, mientras que los cuatro irán a tres pruebas: en Portugal (marzo), República Checa (abril) y España (mayo).
“En las pruebas de 50 km solo se puede competir dos veces al año porque es una gran exigencia física, entonces iremos a Tijuana por la marca, mientras que en los otros tres, en los que serán de 20 km, los chicos participarán para sumar puntaje, ya que para el ranking se suman las dos pruebas de 50 y 20”.
Con ellos la entrenadora paceña, que también tuvo de alumnos a destacados como Juan Carlos Sandy (campeón del Sudamericano menores en 2000), Evenecer Churqui (subcampeón sudamericano en 2002), ambos en los 10.000 metros marcha; y a Claudia Cornejo (campeona sudamericana de menores y juvenil en 2006), tratará de llevar una buena cantidad de marchistas a unos Juegos Olímpicos.
Bolivarianos de la Juventud
Dentro de sus alumnos también hay dos que aspiran a llegar a la selección nacional y ganar la medalla de oro en la marcha atlética de los Juegos Bolivarianos de la Juventud Sucre 2021 (del 24 de abril al 7 de mayo).
“Los chicos son Eunice Chávez, medallista de bronce en el Sudamericano de Lima de este año, y Jeferson Coarita, campeón plurinacional y nacional. Estamos trabajando con ellos en busca de la medalla de oro al ser anfitriones”, recalca Marín.
El apoyo ‘fisio’ de Omar
La preparación de estos atletas no sería completa sin el respaldo de un buen fisioterapeuta que les ayuda en su recuperación de diversas lesiones, es ahí donde aparece Omar Rocha, quien tiene más de 30 años trabajando en el ámbito deportivo.
“Con Martha (Marín) nos conocemos de hace muchos años. Ella estaba en el mismo colegio de mi hermana, entonces es una relación de muchísimos años de amistad que luego se fortificó con el deporte cuando necesitaba el apoyo de recuperación de sus atletas”, cuenta Rocha, quien durante 29 años trabajó en el Club Bolívar.
Omar recibe en su clínica a varios atletas con diferentes lesiones y cuando se trata de la marcha las molestias son básicamente de “tendinitis rotuliana, aquiliana, pata de ganso o desgarros por fatiga muscular”, que se dan “por el desgaste de sus zapatillas, entonces deberían ser cambiadas constantemente”.
Su aporte es muy importante para este grupo de atletas que compiten al más alto nivel: “se trabaja en la parte de prevención y luego en el proceso de lesión, pues se ven expuestos a molestias en la cadera, la columna, piernas. El problema es que estos atletas generalmente no tienen a disposición a un fisioterapeuta como sí sucede en el fútbol, entonces es muy importante un especialista de este tema en el equipo de trabajo”, recalca Rocha, quien también fue parte del cuerpo técnico de la selección que se clasificó al Mundial de Estados Unidos 1994.