Don Mario quería “ver a Bolívar campeón de la Copa Libertadores de América”. Murió en 1995 sin hacer realidad su sueño. Lo intentó más de una vez. Incluso un año estuvo cerca de contratar nada más y nada menos que a Diego Armando Maradona.
Mario Mercado Vaca Guzmán fue el gran presidente de la Academia. Un dirigente de raza. Su nombre aún hoy es sinónimo del club. En una gran parte de estos 100 años de vida institucional, su aporte fue grandioso.
Llegó a Bolívar en 1952: “Fue cuando dos amigos, Guillermo Monje y Fernando Rivera, me invitaron a pasar al camarín del Bolívar luego de un clásico que le ganamos a The Strongest por 3 a 1. Fue en el viejo estadio Hernando Siles, de Miraflores. Enseguida me hice hincha, y a los dos años comencé la carrera dirigencial. Pasé por todos los puestos imaginables hasta llegar a ser presidente” (declaración publicada en una edición especial de El Gráfico, en marzo de 1991).
Hizo de Bolívar un grande, el más grande. No solo armó equipos notables, también fue artífice de la infraestructura que estuvo al servicio del club por años: el estadio Libertador Simón Bolívar, en la zona de Tembladerani, y el Gran Centro de Obrajes, que llevaba su nombre.

“Don Mario Mercado fue un notable boliviano y un gran bolivarista. Bolívar ha tenido mucha gente distinguida que generó una cultura de dirigencia. Incluso el éxito del dirigente bolivarista en el club se lo trasladó a nivel nacional”, lo recuerda Guido Loayza, quien por años fue vicepresidente en los directorios celestes y en el último tiempo llegó a la presidencia.
Mario Paz Zamora fue presidente de Bolívar cuando falleció Mercado. Le tocó estar en ese duro momento. Y acompañó a don Mario desde mucho antes.
“Lo primero que quiero pedirle es que no se olvide de dirigentes de gran talla que tuvo Bolívar, como Mario Mercado. También me acuerdo de Gery Jordán, Lucho Mercado, Guillermo Monje, Alfredo Rojas, Jorge Lonsdale, Luis Eduardo Siles y tantos bolivaristas de sangre que dieron mucho por el club”, agrega Paz Zamora.
Para Mercado, Bolívar fue una parte de su vida. Dejaba sus ocupaciones empresariales o políticas para dedicarle mucho tiempo durante días a la Academia.
Otra vez Paz Zamora: “una de las anécdotas que recuerdo es cuando trajimos con Mario (Mercado) a Carlos Aragonés y él, como presidente del club, me pidió realizar las gestiones, su contrato, sueldo y cuánto tiempo se iba a quedar. Entonces lo cité a la oficina de Mario, ahí en la Alcaldía de La Paz, una oficina grande, un escritorio enorme, como en pedestal y me encontré con un joven de 18 años que era talentoso y también tenía lo suyo para negociar. En ese lugar firmamos con Carlos Aragonés”.
Una vez le preguntaron a Mario Mercado qué representaba Bolívar en su vida.
“Una pasión”, respondió, “una ocasión inigualable de servir a mi país, un vehículo hermoso para conocer los sentimientos de pueblo boliviano de todos los estratos sociales. El club me ha dado la posibilidad de conocer muchas cosas que no se si hubieran estado a mi alcance de otra manera. Porque Bolívar no es simplemente un equipo de fútbol. Es un sentimiento, la entidad más querida del país. No hay rincón de la geografía de Bolivia en la que no haya un bolivarista anhelando los triunfos de nuestro conjunto y entristeciéndose con sus derrotas”.
Esto más: “Bolívar es una institución paceña, es cierto, pero, además, tiene alcance nacional. Esta circunstancia no es gratuita, es el resultado de una definida política integradora que he desarrollado desde el comienzo de mi gestión”.
Mercado fue presidente de la institución por muchas décadas y factor indiscutible para la grandeza de la entidad.