La afición de The Strongest está distanciada del club y del primer plantel, lo que se notó este domingo en el estadio Hernando Siles, donde el Tigre jugó con Royal Pari a estadio casi vacío.
Fueron vendidas no más de 2.000 entradas. La recaudación no alcanzó ni para cumplir con los gastos de organización del encuentro. El club tuvo que echar mano de sus propios recursos para pagar a los árbitros de cancha y del VAR.
The Strongest no ofreció ningún dato oficial, pero probablemente haya sido la asistencia más baja en todo el año a uno de sus partidos como local.
En la curva sur, de “propiedad” de los hinchas atigrados, también hubo un marcado ausentismo. La mayoría de los integrantes de la barra organizada Ultra Sur no se dio cita en el estadio.
El Tigre llegó a este encuentro después de quedar eliminado en octavos de final de la Copa Libertadores de América.
El miércoles, pese a ganarle al uruguayo Peñarol (1-0), el equipo boliviano quedó fuera al perder en el global 4-1.
Al cabo de ese encuentro, muchos aficionados protestaron contra el presidente atigrado Ronald Crespo, lo propio hubo gritos de desaprobación al técnico Ismael Rescalvo, quien estuvo ausente más de una semana para atender asuntos personales en Estados Unidos. Por ejemplo, no dirigió al equipo en la goleada sufrida en Montevideo ante el mismo Peñarol (4-0).
The Stronget le ganó a Royal Pari por 3 a 1. Luego del tercer gol, el colombiano Michael Ortega le dedicó el tanto a las decenas de hinchas que estaban en la curva.
Al finalizar el primer tiempo, al salir expulsado, el mediocampista Luciano Ursino tuvo un cruce de palabras con algunos aficionados que desde el sector de preferencia le reclamaban.
El Tigre llegó a 24 puntos y se aseguró irse al paréntesis del torneo en el segundo lugar, luchando por el primer puesto con Bolívar.