Una réplica de la Copa del Mundo que Argentina ganó en 1986, de la mano de Diego Armando Maradona, levantada por él siendo capitán de esa gesta, y las camisetas más importantes que lució el astro en toda su carrera deportiva, envolvieron el féretro en el que el “10” ya descansa, mientras es despedido por miles de personas que lloran su muerte.
Pasado el mediodía, el plantel completo de Gimnasia y Esgrima de La Plata, el último club que dirigió Maradona como DT, se presentó en el velorio montado en la Casa Rosada de Buenos Aires para darle el adiós al ídolo (foto principal).
Es incalculable el número de personas que pasaron por el Salón de los Patriotas Latinoamericanos de la Casa Rosada para despedirlo.
“Una de las primeras imágenes que se vio en su último adiós fue la llegada de su ex esposa Claudia Villafañe acompañada por sus dos hijas, Dalma y Gianinna, la cual se produjo antes de que el calendario cambie de día. Parte del círculo íntimo de Diego, que vivió junto a él momentos inolvidables de su vida en todo sentido, tuvo a su cargo la coordinación de la ceremonia de su despedida”, informó el diario argentino Infobae.
La televisión en directo de Casa Rosada mostró el féretro cerrado de Diego, con una bandera argentina y varias camisetas sobre él.
Aparte de una divisa de Boca similar a la que Maradona usó durante 1981, el año que lideró al título al Xeneize a ser campeón del Torneo Metropolitano, y de otra de la selección argentina que estaba cerca del pie del cajón, “la que se destacó fue la remera con la que, cerca de la madrugada, Dalma ingresó a la Casa Rosada. La hija mayor de Pelusa llevó la emblemática con el número 10 del club de sus amores que usó para dar el famoso discurso en su partido despedida en la Bombonera”.
El 10 de noviembre de 2001, Maradona fue agasajado con una fiesta inolvidable en el estadio.
“El fútbol es el deporte más lindo y más sano del mundo. De eso no le quepa la menor duda a nadie. Porque se equivoque uno, no tiene que pagar el fútbol. Yo me equivoqué y pagué. Pero la pelota no, la pelota no se mancha”, dijo Maradona en un discurso que recorrió el mundo.
También se pudo ver un rosario posado sobre el ataúd de Maradona, colocado por el embajador argentino ante Roma, Roberto Carlés, quien estuvo durante la madrugada en la ceremonia privada y fue el encargado de entregárselo a la familia ya bendecido por el Papa Francisco.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández (foto de abajo), llegó cerca de mediodía al lugar y junto con representantes del primer club profesional de Maradona, Argentinos Juniors, dejaron una camiseta del Bicho de la Paternal y pañuelos de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
Al término de la despedida que el pueblo le brinda a Maradona se realizarán los actos privados antes de su entierro, programado para el final de la tarde.
Fotos: Presidencia de Argentina