Los dos casos de jugadores que dieron positivo en controles antidopaje realizados en la temporada 2021 van camino al olvido, porque hasta ahora el Tribunal Superior de Apelación (TSA) no tiene elementos para abrir proceso o al menos emitir una resolución de suspensión provisional.
La documentación del caso llegó hasta el ente punitivo desde la Comisión Médica de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), pero esa instancia detectó errores de procedimiento y solicitó los ajustes necesarios. La petición se hizo a comienzo de marzo y más de un mes después no hay una respuesta.
El Comité Ejecutivo de la FBF, en ese tiempo decidió cambiar a los miembros de la comisión y designó como responsable a Nils Calderón, y en otra sesión nominó a otros colaboradores.
Ni los anteriores ni los actuales atendieron la solicitud del TSA. “Sin tener los elementos requeridos no podemos hacer nada en ese caso”, dijo Marcos Goytia, presidente del TSA.
Los dos casos se registraron en agosto del año pasado, uno de los jugadores militaba en ese entonces en Independiente Petrolero y esta temporada cambió de club, y el otro, en Oriente Petrolero. Los análisis de las muestras se realizaron en el Laboratorio Antidoping del Instituto de Medicina Deportiva de Cuba, en La Habana, y los resultados fueron remitidos a la FBF en noviembre.
Sin proceso abierto los jugadores pueden seguir jugando sus partidos sin riesgo de observaciones ni impugnaciones, pues tampoco se ha dado a conocer oficialmente sus identidades.