Quedaban solo 13 días para el debut de Bolivia en el Mundial de Estados Unidos frente a Alemania. La selección nacional continuaba en Santa Cruz la recta final de su preparación. Su último partido de práctica iba a ser en el Tahuichi contra Perú.
El 4 de junio de 1994 los suplementos deportivos destacaban la llegada de Erwin Sánchez, jugador estrella del Boavista de Portugal. Para completar la presencia de los 22 convocados por Xabier Azkargorta ya solo faltaba el más esperado: Marco Antonio Etcheverry.
“No soy el salvador”
“Llegó Platiní” era el principal título del suplemento Presencia del Deporte. “No soy el salvador ni me siento dueño del puesto”, había declarado Erwin Sánchez, recibido por los suyos en el aeropuerto de El Alto.
El mismo medio destacaba: “El Diablo está hecho una fiera”, contando que el día anterior, en una práctica con Colo Colo en Santiago, “fue al choque, hizo cuatro goles y dejó impresionado a su técnico”.
Además, en sus páginas interiores hacía un anticipo: “Azkargorta se irá”, destacando una declaración del entrenador español a “El Mundo” de Santa Cruz: “Creo que llegó el momento de irme porque son casi dos años que viví intensamente y estas vivencias han hecho que me comprometiera con Bolivia. No vine por ganar más dinero y ni los jugadores ni yo vamos a ser millonarios en este campeonato. Llega el momento en que uno lo deja todo y se marcha”, dijo, anticipando que después del Mundial iba a dejar de ser el DT de la selección.
Mientras que el Maestro Víctor Agustín Ugarte, el máximo futbolista que tuvo el país, anticipaba: “Bolivia derrotará a Alemania uno a cero. El gol llegará entre los 85 y 90 minutos. Tenemos buen equipo, existen figuras individuales y de conjunto”.
La oferta de Max Fernández
La Razón puso en portada de ese día: “Erwin Sánchez se une a la hueste”, y destacaba la declaración del futbolista: “Estamos dispuestos a dar la gran sorpresa”.
En la tapa de su suplemento deportivo daba otro anuncio: “Max ofrece $us 100.000 de premio” a la selección, en alusión al incentivo que estaba dispuesto a entregar el empresario Max Fernández, dueño de la CBN en aquel momento.
Además, en sus páginas interiores entregaba una buena noticia que había recibido la Federación Boliviana de Fútbol (FBF): “Se agotaron las entradas para ver a la Verde”, pues los 30.000 boletos dispuestos para el amistoso contra Perú se habían agotado.
La FBF necesitaba recursos para los gastos que demandaba la preparación mundialista. Aquellas veces, la FIFA no entregaba los millones de ahora.