La selección nacional aterrizó este lunes en Santiago de Chile y fue un día perdido, debido a que permaneció aislada en su hotel de concentración sin poder desarrollar ninguna práctica, en cumplimiento a los protocolos sanitarios establecidos por el Gobierno de ese país.
La Verde jugará el viernes contra Chile un partido amistoso en la ciudad de Rancagua, a partir de las 21.00 hora boliviana.
La Federación Boliviana de Fútbol (FBF) informó, a través de su departamento de Comunicación, que todos los integrantes de la delegación fueron sometidos a pruebas PCR para detectar coronavirus, una exigencia del Ministerio de Salud de Chile, y “siguiendo rigurosamente los protocolos de bioseguridad establecidos, los futbolistas y cuerpo técnico permanecen en sus habitaciones” hasta que lleguen los resultados.
Inicialmente estaba previsto que el grupo al mando de César Farías desarrolle un entrenamiento en horario nocturno, lo que no pudo ser.
El Gobierno de Chile informó hace un par de días el endurecimiento de las restricciones para viajeros desde el exterior y el cumplimiento inexcusable de medidas.
La selección tiene que cumplir un protocolo extraordinario y la aplicación del corredor sanitario establecido para partidos de eliminatorias, es decir que saldrá del hotel solo para ir al campo de entrenamiento y el viernes, día del partido, solo para realizar el viaje a Rancagua.
La FBF estima que este martes, a primera hora, recibirá los resultados y a partir de ahí poder cumplir con los entrenamientos. La delegación viajó desde La Paz por la mañana, con 23 jugadores.
En el hotel de la capital chilena se sumaron los jugadores Luis Haquin y Alejandro Chumacero, quienes actúan en el fútbol chileno. Y por la noche era esperado Marcelo Martins, desde Brasil.