No hizo ningún gol, pero Francisco da Costa fue tan desequilibrante, que no había manera de que la gente de Blooming lo frene, por eso terminó siendo la figura y el hombre más importante de Bolívar en Santa Cruz.
La Academia ganó 2-3 y en dos de esos tres tantos a favor, el brasileño aportó de manera valiosa, aunque no fue solo eso.
Da Costa ya había sido peligroso en el primer tiempo. A los 15 minutos entró al área por la izquierda, fue hasta el fondo y como no tenía con quién jugar, sin ángulo se animó a definir, su tiro superó al golero Braulio Uraezaña, pero la pelota cruzó todo lo ancho del arco y nunca entró.
Al comenzar la segunda parte y en una acción muy parecida, esta vez esperó, vio que su compatriota Bruno Savio llegaba por el medio y le pasó la pelota —entre un zaguero y Uraezaña— para que la empujara al fondo del arco. Fue el 0-1.
Cada que la pelota llegaba a los pies de Da Costa, era un dolor de cabeza para la zaga bloominista.
Estuvo a punto de hacer un golazo a los 81 minutos, de tiro libre, pero Uraezaña logró “arañar” el balón y éste pegó luego en el travesaño.
En la recta final se asoció con Javier Uzeda, quien fue su acompañante llegando por la izquierda.
Ya el partido estaba 2 a 2 y corrían los minutos de adición. Francisco da Costa volvió a aparecer y generó la jugada del desequilibrio y el pase de asistencia precisamente para Uzeda, quien liquidó el pleito anotando el tercero (2-3).