Villa Ingenio vivió una verdadera fiesta del fútbol: un buen partido, al menos dos golazos, muchas emociones y una afición que no cesó de alentar a su equipo. La mayoría estaba con Always Ready, por ser el local, pero Independiente también tuvo apoyo de su afición.
Desde temprano la gente fue llegando al estadio Municipal. Hubo música, bailes y alegría en las afueras, mientras el movimiento crecía para el ingreso a las graderías.
Unas 15.000 personas se ubicaron en las tribunas. La promoción que propuso Always Ready del dos por uno dio un buen resultado.
La cercanía de las tribunas con el campo de juego influyó y pesó de nuevo por la presión de la gente, “empujando” a su equipo a ir en procura del gol.
Un pequeño grupo de hinchas de “Inde” se ubicó en una de las tribunas detrás de los arcos y desplegó una gigante bandera.
En una de las rectas, era casi desesperada la presencia del presidente de la banda roja Andrés Costa, porque su equipo iba perdiendo en algunos pasajes del partido o no podía ganar.
La dirigencia de Always Ready recompensó la fidelidad de la gente regalando pelotas. El propio Costa se encargó de lanzar los balones hacia los cuatro sectores del escenario.
La gente se quedó atónita luego del golazo de Gustavo Cristaldo para Independiente. El estadio se silenció, salvo las decenas que apoyaban a la visita que vivían el momento con algarabía.
El público “explotó” en el segundo tiempo con el gol del empate de Nelson Cabrera, pero otra vez quedó murmurando por el tanto de Martín Prost inmediatamente después, que puso de nuevo arriba a la visita.
Pero cuando Carmelo Algarañaz hizo el empate con una gran acción, de nuevo explotó por la igualdad.
Al final, la gente reconoció con aplausos la entrega de ambos cuadros. El empate fue saludado con un largo aplauso.