Imagino ver a Robert Blanco sonriente, también a sus titiriteros, al del Twitter que no puso ni un mensaje de apoyo a la selección porque no es la suya, a los que retiraron a “sus” jugadores de la concentración, a los que no quisieron ceder a los suyos, como si fueran realmente suyos. A los seis ‘G6’ que son capaces de hacer todo pero mal, incluso de traicionar a la Verde, por su ambición de poder. También a los de Fabol, unos capos para poner zancadillas, lógico si se las saben todas porque se han amarrado a esa silla de la que no se quieren levantar nunca. A esos que algún día tuvieron el orgullo de ser capitanes y se olvidaron rápido de eso. Para todos ellos, para aquellos y para estos, va dedicada este par de derrotas, se las merecen.
Y es que se han salido con la suya. Porque para llegar a este su “éxito” han embarrado más aún al fútbol, han lanzado y aún lanzan acusaciones que no son capaces de probar mínimamente, han ido a la justicia ordinaria para sentarlo en la silla presidencial a su títere y manejarlo a su antojo, han bloqueado cuentas bancarias, lo han provocado al técnico, han querido meterse con policía en la concentración justo el día antes de un partido crucial para desconcentrar al plantel, y horas antes de que Bolivia reciba a Argentina han ido a poner precintos a la FBF persiguiendo a aquellos a los que quieren sacar a la fuerza y no pueden hacerlo como corresponde, porque saben que siguen siendo minoría y no tienen argumentos, de los buenos, como para convencer a la mayoría. Y estoy seguro que hay muchos más etcéteras.
Bien por ustedes que no solo boicotean reuniones para que no vuelva el fútbol sino que su boicot llega a extremos mayores, como quitarle su apoyo a la camiseta que representa a todo un país, a faltarle el respeto a ese escudo que dicen defender pero es mentira que lo hagan, y a mearse en nuestra bandera porque sencillamente son incapaces de enarbolarla.
Mientras tanto hay un puñado, y ojalá siga creciendo, de deportistas que lo ha dado todo, se ha esforzado, ha intentado hacerlo bien contra jugadores superiores a ellos, ha sabido admitir la derrota y no ha escatimado nada para defender esa Verde a la que ellos sí la quieren, como hay otros que también añoran hacerlo pero ustedes no los dejan.
Sigan así titiriteros y títeres, les doy mi aliento, continúen escribiendo páginas oscuras en la historia del fútbol boliviano, húndanlo más solo porque tienen angurria de poder en una cabeza que no logra generar ideas mejores como para imponerse por las buenas.
Los imagino sonriendo, quizás riendo. No importa, ya saben que quien ríe al último ríe mejor.
Ramiro Siles es Editor de PREMIUM