La División Profesional aprobó la semana pasada cómo será la temporada 2024 del fútbol boliviano. Habrá un torneo “por series”, que comenzará a mitad de febrero y terminará a mitad de mayo; y otro “todos contra todos”, que se extenderá desde mayo hasta diciembre.
A diferencia de lo ocurrido en 2023, primero se jugará uno y después el otro, los dirigentes ya no cometieron la imprudencia de mezclarlos. El año pasado la gente no entendía a qué certamen correspondía cada fecha que era disputada, porque los dos iban en paralelo.
Pero como nunca faltan las metidas de pata, decidieron ahora que ambos campeonatos valgan prácticamente lo mismo, es decir, los ganadores se beneficiarán con similar premio principal, ya que los dos ganarán el derecho de clasificarse a Copa Libertadores de América de 2025 directo a la fase de grupos. Pareciera una decisión tomada en función a la equidad.
El problema es que a todas luces se trata de una medida tremendamente injusta y desigual por una sencilla razón: el vencedor del torneo “seriado” solo jugará 14 partidos (8 de la fase de grupos y a 2 en cuartos de final, semifinales y finales); en cambio, el campeón del “todos contra todos” saldrá luego de 30 juegos, es decir, más de la mitad en comparación con el anterior.
Por si fuera poco, el campeonato menos exigente, o sea el “por series”, entregará un premio adicional, porque el segundo se asegurará cupo en Copa Sudamericana, mientras que al segundo del certamen más largo no le darán ni agua por ese subtítulo.
El siguiente detalle tampoco es menor, porque también el Consejo Superior de la División Profesional tomó la decisión de aprobar una “gran final” que enfrentará a fin de año a los dos ganadores, ambos lucharán en un par de partidos (ida y vuelta) por el título de campeón nacional y un premio económico de 1.000.000 de dólares. Difícil entender que esa medida pueda considerarse justa.
Sin perder de vista, además, que fueron utilizados criterios diferentes dependiendo de cada cosa. Porque mientras se nota la desigualdad y el descriterio en lo que respecta a la zona de los campeones, más equilibrado resulta el tema del descenso, que quedará definido al cabo de que todos los equipos hayan completado exactamente la misma cantidad de partidos jugados: 38 en total, de ellos 30 correspondientes al “todos contra todos” y 8 de la primera fase del “seriado”.
El 16 de febrero, poco después de los feriados de Carnaval, comenzará la nueva temporada del fútbol boliviano con este tipo de reglas en algunos casos fuera de lugar, como lo es también la famosa obligatoriedad para que cada equipo ponga en cancha al menos un Sub-20 y un Sub-23 durante los 90 minutos, lo que va a asegurar que absolutamente todos los entrenadores estén impedidos de mostrar el verdadero potencial de sus planteles. De todas maneras, que comience la fiesta.