Ricardo Fontana no ocultó su emoción al recibir un homenaje de The Strongest en la presentación de la camiseta conmemorativa por el 115 aniversario de fundación del club, este jueves en un acto de celebración.
El Tano se siente agradecido porque la dirigencia actual se haya acordado de él muchos años después de su retiro y ratificó estar “muy identificado con el Tigre”.
Habló y recordó que llegó al fútbol boliviano cuando tenía 18 años “y me quedé a jugar hasta los 40, tengo el orgullo también de haber jugado en la selección nacional”.
Boliviano por naturalización, La Paz es su casa. “Aquí salgo a la calle y me saludan como 100 personas, mientras que en Córdoba (Argentina) donde tengo a mi familia, no me conoce nadie”.
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Rememoró sus primeros años en el fútbol boliviano: “siendo jovencito me tocó marcarle al ‘Tanque’ (Juan Américo Díaz), era cosa seria, un nueve de área, de esos que ya no hay mucho ahora porque el fútbol ha cambiado y se juega más por afuera. También jugué contra Adolfo Flores, después llegaron Jesús Reynaldo, Carlos Aragonés, Ovidio Messa y muchos más”.
También hizo alusión al temple que tenía en cada partido, más en los choques contra Bolívar. “No había intercambio de camisetas ni saludos entre los jugadores. Otros tiempos, hoy tengo 72 años, quisiera tener 20. Ya tuve mi época”.
Por eso se dirigió a los jugadores de la actual plantilla del Tigre, presentes en el acto, y les dijo que “disfruten y aprovechen este su momento, porque con el paso de los años estarán en mi lugar y seguramente el fútbol va a cambiar. Entonces es el tiempo de cada uno”.
Aunque viaja seguido a Córdoba para estar con su familia, siempre regresa a Bolivia. “Los amigos me invitan a jugar y sigo con lo mío”.
Un momento triste en su carrera fue cuando en 1982 a The Strongest le tocó jugar la Copa Libertadores de América contra Boca Juniors y River Plate de Argentina, pero por lesión quedó al margen. “Me lastimé el tobillo solito, en un partido contra Municipal en el estadio Hernando Siles y no estuve en la Copa, fue la única lesión que tuve en toda mi vida en el fútbol. Me dolió mucho porque mi familia en Argentina estaba pendiente de mí, quería verme por televisión jugar contra esos equipos”.
Con Eligio Martínez formó en el Tigre una pareja de defensores centrales que metía miedo a los rivales. “A Eligio lo expulsaban por patear, a mí por reclamar porque siempre tenía en la mira a los árbitros. Cosas del fútbol”, matizó con una sonrisa.
El Tano fue el personaje central del acto. Al final, muchas personas se acercaron a pedirle fotos y atendió todos los requerimientos.