Ramiro Castillo Salinas, el recordado “Chocolatín”, hubiera cumplido 55 años este sábado 27 de marzo (1966-1997). Nació en los Yungas y fue el más brillante futbolista que dio esa región.
Su talento lo llevó a convertirse en uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol boliviano.
Se destacó en dos ciclos en The Strongest, de donde saltó al fútbol argentino para seguir una brillante carrera que lo llevó hasta el afamado River Plate de Buenos Aires, dirigido en ese entonces por el DT mundialista César Luis Menotti.
En ese país también militó primero en Instituto de Córdoba, y luego en Argentinos Juniors, Rosario Central, Platense. En Chile jugó en el Everton.
A su regreso al fútbol boliviano se calzó la camiseta de Bolívar. Fue su último club.
También lució en la selección nacional. Formó parte del plantel que en 1993 obtuvo la clasificación a la Copa del Mundo y jugó el Mundial de Estados Unidos 1994. También fue subcampeón de la Copa América de 1997, organizada por Bolivia.
Murió el 18 de octubre de 1997, a los 31 años, cuando tenía todavía mucho para dar en el fútbol. No pudo recuperarse de la partida prematura de su pequeño hijo José Manuel, afectado por una enfermedad. El fútbol y el país se conmovieron con la noticia.
La revista digital Magazine de PREMIUM prepara para este domingo un homenaje al “Chocolatín” con detalles inéditos o poco conocidos de su vida.
Por ejemplo, hubo un político que lo tentó para que incursionara en esa actividad.
También su faceta solidaria con los niños y jóvenes de los Yungas cada vez que llegaba de vacaciones y el sueño que tenía de construir un estadio gigante en Coripata, ese que ahora lleva su nombre como homenaje póstumo.
“Chocolatín” eterno. Nació un día como hoy y parece que todavía juega en el atrio del templo de su pueblo natal, allí donde mucha gente se reunía para verlo jugar cuando aún era un niño soñador.