El primer entrenamiento de la selección nacional en cancha, este lunes en Chaco, sirvió para que el técnico César Farías comience a probar la línea de tres en el fondo, un sistema que ya utilizó el año pasado y que, al parecer, repetirá en los próximos compromisos de la Verde.
Bolivia ya se prepara para el amistoso del 21 de enero en Sucre ante Trinidad y Tobago, antes de afrontar la doble jornada de eliminatorias mundialistas, que incluye los cruciales juegos ante Venezuela en Barinas el 28 y frente a Chile en La Paz el 1 de febrero.
Con 16 jugadores disponibles, Farías conformó dos líneas de defensa manejando la idea que tiene, y las completó con mediocampistas y delanteros.
Luego de un breve calentamiento, el trabajo matinal del lunes fue directo con pelota y utilizando toda la cancha.
En un equipo los centrales fueron Diego Bejarano, Adrián Jusino y Moisés Villarroel; y los laterales bien abiertos, Erwin Saavedra y Rodrigo Ramallo.
En el medio estuvieron Fernando Saucedo con Juan Carlos Arce y los referentes en ataque fueron César Menacho, Marcelo Martins y Henry Vaca.
En la otra formación fueron incluidos Marc Enoumba, Jesús Sagredo y Pablo Lima, complementados por Carlos Áñez y Alejandro Chumacero.
Farías ya se decantó por la línea de tres en anteriores partidos y todo apunta a que volverá a utilizar ese sistema.
Para completar la propuesta táctica, el DT esperará por la recuperación de algunos jugadores que dieron positivo a COVID-19 y la llegada de los que faltan del exterior.
El partido contra Trinidad y Tobago, el viernes desde las 17.00, servirá para dar ritmo de competencia a los jugadores que están saliendo de una pretemporada intensa en sus clubes.