De comienzo, Bolivia jugó con línea de tres en la defensa. Lo sufrió porque los jugadores no lograron acomodarse rápido: Rony Montero, Gabriel Valverde y José Sagredo se complicaron.
Lo reconoció al final el técnico César Farías. Aunque también dijo que estos partidos de preparación sirven para eso, o sea para hacer pruebas.
Diego Bejarano fue, por la derecha, el más libre para subir, de hecho, logró el tiro de esquina que derivó en el gol de Marcelo Martins; en cambio, a Roberto Carlos Fernández por la izquierda le costó más repartirse por la banda, entre marcar y apoyar del medio para adelante.
Los goles chilenos llegaron por la falta de coordinación en la cobertura.
A la larga, Farías se dio cuenta de que no era lo que esperaba y recompuso las líneas para volver a la tradicional de cuatro en el fondo.
El peso mayor recayó en la defensa porque en el medio a Leonel Justiniano le faltó compañía para contener; Erwin Saavedra y Fernández cuando le correspondía ayudaron poco.
De mitad de cancha para adelante fue más escasa la labor. Como siempre, Marcelo Martins se mostró muy sacrificado incluso bajando metros para agarrar la pelota. Juan Carlos Arce, con su experiencia, apareció por pasajes, pero sin mucho que hacer porque Bolivia no tuvo una verdadera vocación ofensiva.
Los dos son los jugadores en activo con más partidos en la Verde. Martins llegó a 80 y además convirtió su vigésimo segundo gol; mientras que Arce ya tiene 72 encuentros, uno más que el recordado Marco Antonio Etcheverry.
Poco o nada se lo sintió a Gilbert Álvarez como socio de ataque, fue intrascendente. Entre los varios cambios que hizo Farías en la segunda mitad, reapareció Ramiro Vaca. Estuvo nervioso, falló algunos pases.