“El problema de no ir al Mundial es de (César) Farías, sí, es cierto, eso se cambia muy fácil, se pone a otro entrenador”, matizó el seleccionador nacional luego de la derrota ante Chile (2-3), asumiendo que en cualquier momento dejará de ser DT de la Verde.
Su mensaje fue muy claro. Desde su punto de vista, el problema del fútbol boliviano no es del técnico sino de su estructura. Ahora van siete eliminatorias seguidas con el mismo resultado: Bolivia fuera de carrera.
Farías tomó la conferencia de prensa posterior al encuentro como una virtual despedida.
“Agradecerle a la dirigencia, a los que estuvieron y están. Siempre trataron de poner su mejor empeño porque el dirigente recibe una historia de carga encima y no es fácil cambiarla, pero ojalá tengan fuerza para hacerlo. (Estoy) orgulloso de los jugadores, agradecido con ellos, la gente y todo el entorno futbolístico”, subrayó.
“Ojalá las vivencias y experiencias, las buenas y malas, sirvan para mejorar las cosas”.
¿Aún quiere ser DT de la Verde?
Reveló que ni bien concluido el encuentro habló con el presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), Fernando Costa.
“Le repetí, como se lo dije meses anteriores, que conmigo no se haga problema. Antes del partido de Perú dije sobre las dificultades que íbamos a tener para estas fechas. En marzo será diferente porque habrá ritmo de competencia. Lo más fácil era haberme ido, y sucedieron cosas para que me fuera; sin embargo, el compromiso con los jugadores, con la gente que trabaja acá, las palabras que me dijo el presidente en ese momento… No soy de huir, pero tampoco soy hombre de ponerme con piedras. Yo seguiré trabajando para crecer y voy a seguir soñando con cosas muy grandes que se me pueda después recriminar, pero soy así, feliz de esa manera, soñando en grande y desafiándome a mí mismo”.
La afición gritó fuerte en su contra. “Fuera Farías” fueron los gritos permanentes por el resultado y la eliminación.
“Respetamos a quien le gusta verlo de otra manera, respetamos al que le gusta llamar a la gente inútil, a los niños, que los hacen crecer llamando despectivamente o creando cosas negativas”.
Admitió que “no fue la mejor doble fecha” por las derrotas ante Venezuela y Chile.
En Miraflores “tuvimos dos palos, una pelota que el arquero contrario saca, 10 remates por dentro; no era nuestro día y recibimos goles infantiles que nos cuestan mucho”.