La Fórmula 1 vivió este domingo un momento espeluznante debido al choque que sufrió el piloto francés Romain Grosjean en el Gran Premio de Bahreín. El coche se incendió y se partió por la mitad. El piloto solo sufrió quemadoras leves.
El monoplaza chocó contra una contención y empezó a prenderse fuego, probablemente por la rotura del tanque de combustible. Algo que no ocurría hace tiempo gracias al desarrollo de la tecnología.
El auto del francés se partió a la mitad. El antecedente de algo así se remonta a 1981, cuando John Watson en el Gran Premio de Italia en Monza, estrelló su McLaren, sin consecuencias para el piloto irlandés.
La televisión no volvió a mostrar las imágenes de Grosjean. Pero la tranquilidad volvió cuando se lo vio al piloto en el auto médico.
El casco de Grosjean se derritió, en cambio él sobrevivió gracias al buzo antiflama que resiste más de 10 segundos a altas temperaturas. También el protector de cabeza le salvó la vida al corredor. El equipo informó que tuvo leves quemaduras en las manos, tobillos y pies.
El piloto fue trasladado a un hospital cercano para su control, informó Infobae. La carrera fue detenida con bandera roja mientras los auxiliares de pista intentaban arreglar las defensas.
Fotos: Twitter F1