La torrencial lluvia previa seguramente hizo correr a mucha gente de ir al partido entre Palmaflor y Bolívar (1-0), pero no impidió que entre un puñado de espectadores estuviera el expresidente boliviano Evo Morales Ayma.
Luciendo una polera blanca con el escudo de Bolívar en el pecho, la exautoridad se entremezcló entre los aficionados de un sector de las tribunas, apretados uno al lado del otro sin respetar ningún protocolo de bioseguridad, si es que hubo, de prevención al contagio de coronavirus.
El partido se jugó en Villa Tunari, en el trópico de Cochabamba, donde la enfermedad parece no hacer mella ni asustar a sus habitantes.
Por segunda vez consecutiva, las imágenes de la televisión mostraron un descuido absoluto de parte de los aficionados, que no aplicaron el distanciamiento social ni el uso de barbijo.
Morales, declarado hincha de Bolívar, fue a ver a su equipo. En los 90 minutos estuvo atento. Durante el descanso tuvo tiempo para recibir saludos de la gente y de tomarse fotos con muchas personas.
El fútbol regresó el pasado viernes a las canchas del país y con la competición volvió la presencia de espectadores en las tribunas.
La idea de permitir el acceso de aficionados en un máximo del 30% del aforo del escenario era para que la gente se ubique utilizando todas las tribunas y separada una persona de otra en por lo menos un metro y medio, y gradería por medio. No ha ocurrido.
Los aficionados no han perdido su costumbre de estar amontonados en un solo sector, con el riesgo que conlleva en esta época.
Morales salió del estadio saludando a la gente que se le acercaba. A su equipo le fue mal en el final del encuentro, mientras él no ha perdido su costumbre de estar cerca del fútbol.
Fotos: Marka Registrada