Hace 58 años (1966) nació Ramiro Castillo Salinas, el talentoso Chocolatín. Este miércoles 27 de marzo se recuerda su onomástico. Era de los Yungas y fue el más brillante futbolista que dio esa región. Murió en 1997.
Fue uno de los mejores jugadores en la historia del fútbol boliviano, comparado con otros notables de distintas épocas: El Maestro Víctor Agustín Ugarte, Erwin Romero, Ovidio Mesa o Marco Antonio Etcheverry, con quien llegó a jugar.
Su padre fue Francisco Castillo; su madre, Primitiva Salinas. Sus hijos salieron futbolistas: Eloy, el mayor, fue arquero; Ramiro e Iván, quienes compartieron época y estuvieron juntos en la selección, fueron futbolistas de campo.
Chocolatín era hábil, de buena gambeta, veloz de mente y cuerpo. Destacó en dos ciclos en The Strongest, adonde llegó muy joven y en la primera ocasión que se probó logró quedarse cuando el técnico era Wilfredo Camacho.
Del Tigre saltó al fútbol argentino para seguir una destacada carrera desde Instituto de Córdoba hasta el afamado River Plate de Buenos Aires, dirigido entonces por el mundialista César Luis Menotti.
En Agentina también militó en Argentinos Juniors, Rosario Central y Platense. En Chile jugó en el Everton.
En Bolivia igualmente destacó en filas de Bolívar, que fue su último club.
Participó de la selección nacional que en 1993 logró la clasificación por mérito propio al Mundial de Estados Unidos 94 y estuvo en la Copa del Mundo. También fue subcampeón de la Copa América de 1997, organizada por Bolivia.
Falleció el 18 de octubre de 1997, a los 31 años. No pudo recuperarse de la partida prematura de su pequeño hijo José Manuel, afectado por una enfermedad.
Hoy en día continúa siendo símbolo de los niños y jóvenes de los Yungas, de su Coripata natal, donde cada vez que llegaba de vacaciones les llevaba su cariño y experiencia.
Un estadio en esa zona lleva su nombre, en la plaza donde jugaba de niño está una estatua que representa al fútbol de los Yungas y principalmente lo recuerda a él. Es el cumpleaños del Chocolatín.