César Farías se encargó de “borrar” cualquier última pista sobre la alineación que Bolivia presentará el jueves contra Colombia (16.00), en la reanudación de las eliminatorias para el Mundial de Catar 2022, al mezclar a todos los jugadores en la última práctica desarrollada este miércoles por la mañana en el estadio Hernando Siles.
El único al margen de ese “enjambre” fue el lesionado Alejandro Chumacero, quien solo hizo unas caminatas por un costado de la cancha y un trotecito lento en espacio corto, la constatación —ante la ausencia de un parte médico oficial— de que no estará en el primer encuentro de la triple jornada premundialista de septiembre, además con el riesgo de perderse también los otros dos.
El seleccionador nacional dirigió una sesión con contenido futbolístico y a la vez recreativo. En cada equipo había más de 11 jugadores, entre ellos los dos Sub-21 que saltaron de la selección de Pablo Escobar a la de Farías: Gabriel Villamil (Bolívar) y Franz González (Real Santa Cruz), ambos con la posibilidad de ser convocados para la lista definitiva.
“Muy feliz de estar en la selección mayor y agradecido por la oportunidad que me dan”, declaró Villamil al salir.
El entrenamiento comenzó más temprano de lo habitual y no fue largo. El grupo realizó tiros de esquina, definición, tiros libres y demás, en ataque y defensa.
El golero Johan Gutiérrez hizo de jugador de campo. En uno de los equipos estaban juntos Marcelo Martins y el suspendido Henry Vaca. En el otro lado, en cambio, se mantuvieron juntos Luis Haquin y Adrián Jusino, la dupla de zagueros que utilizó Farías en todos los ensayos, relegando a Jhon Jairo Quinteros, pedido por muchos aficionados para que sea titular.
Hubo bromas, jugadores que se tomaron fotos en grupos y, al final, ni siquiera se realizó la elongación habitual. Todos salieron por la puerta 9 de maratón de la curva sur.
Camino al bus, Escobar, Martins y algún otro integrante de la delegación aceptaron tomarse fotos con aficionados. Al pasar, choferes del servicio público hacían sonar las bocinas de sus vehículos como una forma de aliento a los futbolistas, igual que un puñado de transeúntes que hicieron una parada obligada para ver a los jugadores.
“Voy a jugar”, matizó con una picarona sonrisa Rodrigo Ramallo al subirse al bus, mientras a Farías ni se lo vio al salir. El DT se fue, como de costumbre, por separado y cuidando bajo siete llaves la nómina de los 11 que iniciarán ante Colombia.