Bernardo Guarachi (69 años) es el único boliviano y uno de los contados escaladores a nivel mundial que lograron hacer cumbre en las Siete Cimas del mundo. Es el mejor escalador del país, sin duda.
Pero su apellido va a seguir tocando las montañas más altas del mundo por mucho tiempo, una pasión que heredó su hijo mayor Eliot Bernardo Guarachi Jemio (La Paz, 27 de enero de 1985), cuya sangre es también la de un montañista.
Eliot es el mayor de cinco hermanos y el único que decidió dedicarse al deporte de su padre. Helen, Elena, Andrés y Jhonatan “se especializaron en otras cosas, no les llamó la atención el alpinismo como a mí. Tal vez por ser el primogénito, mi padre me inclulcó el cariño por esto”, dice.
Con 35 años cumplidos el pasado miércoles, Eliot ya tiene una vasta experiencia en el alpinismo, desde que “debutó” a los 5 subiendo en las montañas, acompañando a su padre en las expediciones cortas con turistas que contrataban sus servicios.
“Mi padre me inició en todo esto. Como era su primogénito me llevaba a sus viajes y en una excursión fuimos a Charquini (5.390 metros sobre el nivel del mar); para ello me compró unas botas especiales para caminar en la nieve y me cuenta que yo empecé a subir con ellos sin cansarme y pude llegar hasta los 5.000; luego los doctores le recomendaron que no me llevara más alto porque estaba en pleno crecimiento”.
Luego de unos años, cuando tenía 11, acompañó otra vez a su padre rumbo al nevado Huayna Potosí (6.090), subió hasta donde pudo y logró llegar al sector denominado Campamento Argentino (5.300). “Me gustó, pero también lo dejé un poco porque tenía que ir al colegio y no me daba el tiempo”.
Su primera cumbre
Entre sus 12 y 13 años recibió la enseñanza de Bernardo para escalar. Aprendió la técnica que se usa, entonces sus tiempos libres y la vacación los dedicaba para practicar. “Esto lo hice en una escuela de montaña que tenía mi papá en El Alto”.
A los 14 logró hacer su primera cima en el Huayna Potosí. “Acompañé a mi padre en uno de sus viajes con turistas y logré llegar a la cumbre, fue una linda sensación el poder conseguirlo y ello me motivo mucho más para seguir aprendiendo”.
Para mejorar su técnica decidió pasar clases en el exterior, como ya lo había hecho su progenitor. Primero se fue al Club Alpine Innsbruck de Austria y luego practicó esquí en Alemania. “Tenía 20 años cuando asistí a esos cursos, recuerdo que fui unas tres veces porque ya me estaba formando en esas actividades”.
Empresa de turismo
Con el pasar de los años se convirtió en un especialista y con la empresa familiar de turismo denominada Andes Expediciones comenzó a ayudar a su padre para atender a las personas que deseaban escalar montañas con todas las medidas de seguridad.
“Fui a diferentes cerros del país, solo me falta uno, el Ancohuma (6.427). También fuimos a Chile y Argentina, donde escalamos el Aconcagua (6.962), que es el más alto de América”.
Lo hizo como guía, tremenda responsabilidad porque no solo debe abrir el camino para los que le acompañan, sino velar por la seguridad de cada uno.
“Hay dos tipos de guías: los que son dedicados y se equipan bien, llevan materiales de buena calidad y de sobra para prestar a algún cliente; y los que son más comodones al llevar mochilas pequeñas o cuerdas delgadas que no son reglamentarias. Yo siempre busco tener todo lo mejor para la seguridad de los que me siguen, pues hay que controlar el ascenso del cliente, colocar puntos de seguridad, es bastante difícil. Digo con orgullo que a todos los que llevé conmigo hicieron cumbre”.
El político Jorge “Tuto” Quiroga fue uno de sus clientes. “Con él fuimos al Huayna Potosí, le gusta la actividad, así que lo llevamos hasta la cumbre”.
Un sueño a 8.000 metros
Eliot Guarachi sueña con un objetivo deportivo que incluso es superior al de su progenitor: escalar y hacer cumbre en las 14 montañas que tienen más de 8.000 metros de altitud.
“Como dicen siempre se busca que el hijo supere al padre y mi sueño es completar los 14 nevados de 8.000, es algo que anhelo y que me encantaría lograr”.
Este conjunto de cerros se encuentra en las cordilleras del Himalaya y del Karakórum, ambas en Asia, específicamente en China, Nepal, India y Pakistán. Solo unos 50 alpinistas de todo el mundo lograron llegar a la cima de cada una de ellas.
Los nevados son: el Everest (está entre China y Nepal con una altura de 8.848 metros), el K2 (China-Pakistán, 8.611), el Kanchenjunga (India/Nepal, 8.586), el Lhotse (China/Nepal, 8.516), el Makalu (China/Nepal, 8.463), el Cho Oyu (China/Nepal, 8.201), el Dhaulagiri (Nepal, 8.167), el Manaslu (Nepal, 8.163), el Nanga Parbat (Pakistán, 8.125), el Annapurna (Nepal, 8.091), el Gasherbrum I (China/Pakistán, 8.068), el Broad Peak (China/Pakistán, 8.047), el Gasherbrum II (China/Pakistán, 8.035) y el Shisha Pangma (China, 8.027).
Lleva uno
Eliot logró hacer cima en el Cho Oyu en 2011, cuando acompañó a su padre en una expedición. “Fui con él porque no quería que fuera solo. Me informé de que era una montaña muy complicada de escalar y por ello decidí acompañarlo”.
El ascenso “fue bastante difícil, nada sencillo porque tardamos 42 días en toda la expedición, de los cuales 30 nos tomó para ascender, ya que hay que ir paso a paso, campamento por campamento para llegar a la cima. Además, lo hicimos sin ayuda de los Sherpas (guías) que te cargan tus materiales, entonces eso lo complicó mucho más”.
El frío era muy fuerte, llegó a menos 25 grados centígrados y en el camino “se veían los cuerpos de personas que perdieron la vida intentando hacer cumbre”.
Por ahora, el factor económico le ha impedido seguir adelante con su sueño deportivo, ya que el costo por ascender cada montaña oscila entre los 30.000 y los 70.000 dólares.
“Es mucho dinero el que se necesita y yo no tengo esas cantidades. El más caro es el Everest, entonces necesitaría de apoyo para poder lograrlo, pero lamentablemente en nuestro país no reconocen nuestra actividad y esto viene desde gobiernos anteriores, así que es muy complicado”.
En enero de 2020, su padre Bernardo logró culminar las Siete Cimas del mundo, que es hacer cumbre en las montañas más altas de cada continente: el Everest (en Asia, 8.848 m), el Aconcagua (América, 6.959), el McKinley en 2000 (Polo Norte, 6.200), el Kilimanjaro (África de 5.895), el Elbrús (Europa, 5.642), el Macizo Vinson (Antártida, 4.892) y el Carstensz (Oceanía, 4.883).
Fotos: Familia Guarachi