Gabriel Castillo cumplió su sueño de participar en unos Juegos Olímpicos, pero quedó a “años luz” de los mejores tiempos en los 100 metros espalda de Tokio 2020, prueba en la que no logró alcanzar ni siquiera su mejor marca.
Los 58 segundos y 24 centésimas solo le sirvieron para ser segundo en la primera serie de clasificación/eliminación, entre tres participantes.
Juntando los tiempos generales, fue trigésimo noveno entre 41 competidores. Así fue el debut y despedida del mejor nadador varón de Bolivia en la actualidad.
La prueba
Castillo había accedido a sus primeros Juegos con un tiempo de 57”30, récord nacional, logrado en el Gran Prix Internacional SYC de Paraguay, y ello le valió recibir la tarjeta de invitación. Además, superó la marca mínima para estar presente en los Juegos Panamericanos Junior de Cali (del 25 de noviembre al 5 de diciembre).
Su tiempo en Japón fue de un segundo y pico más. En este tipo de pruebas de velocidad los segundos marcan una gran diferencia.
Fue emparejado en la primera serie con otros dos nadadores de su “talla”: Heriniavo Rasolonjatovo, de Madagascar, y Merdan Atayev, de Turkmenistán.
En los primeros 50 metros, el boliviano marcó 30 segundos y 30 centésimas, siempre segundo.
Atayev sorprendió con el primer lugar (55”24), mientras que Rasolonjatovo terminó tercero (59”81).
Castillo nadó 6 segundos y 9 centésimas más lento que el mejor de las series, el representante del Comité Olímpico Ruso KIliment Kolesnikov, que hizo 52.15.
De Sudamérica, dos brasileños marcaron tiempos de algo más de 53 segundos.
La otra representante boliviana en la natación, la valluna Karen Tórrez, participará el 30 de julio las 06.29 de Bolivia en la séptima serie de los 50 metros libre.