El torneo Clausura de la División Profesional fue reanudado este viernes por la tarde con el partido en Cochabamba entre Universitario Vinto y el tarijeño Tomayapo. En el arranque del juego no había ni 100 personas en las tribunas del estadio Félix Capriles.
U de Vinto habilitó solo una tribuna, a 30 bolivianos por boleto. La escasa recaudación ha provocado un déficit considerable que deberá absorber el club dueño de casa, tomando en cuenta, entre otros, el pago de los árbitros de campo y de VAR, que supera fácilmente los 10.000 bolivianos.
Excepto contados partidos y regiones, en la mayoría de los casos las programaciones del fútbol boliviano esta temporada se llevan a cabo con poca asistencia de espectadores. Es una de las razones por las cuales los clubes presentan dificultades para cubrir la planilla de sus planteles.
No se conocen datos oficiales. Los responsables de llevar adelante las programaciones han dejado de informar hace tiempo sobre la cantidad de personas que entran a los estadios y tampoco dan las recaudaciones.
En Cochabamba, Wilstermann y Aurora, los principales clubes de ese departamento, deben salarios a sus futbolistas al menos de tres meses. En el caso del aviador, el grupo estuvo en paro hace unos días. Por su parte, la dirigencia celeste prometió a su plantel el pago de por lo menos un sueldo la próxima semana.
La situación es más delicada en Santa Cruz, donde los principales problemas los acusan Oriente Petrolero, Blooming y Real Santa Cruz.
El plantel albiverde no entrenó durante todo el receso por la cesión de jugadores a la selección, exigiendo atención de la directiva que no halló ninguna solución.
Blooming pagó la mitad de un mes y posibilitó el regreso de sus jugadores a las prácticas, mientras que los futbolistas de Real, “colero” y con riesgo de descender, no hallan respuesta a su reclamo debido a que no cobran hace cinco meses.
A la crisis económica que soportan esos y otros clubes se suma una programación que este mes obligará a los equipos a jugar cada tres días como promedio, debido a un calendario apretado que prioriza el trabajo de la selección nacional por su participación en eliminatorias y deja en segundo plano el interés de los 16 equipos participantes en el Clausura.
Sin ingresos adecuados por sus partidos como locales, los clubes también deben absorber el desplazamiento de sus delegaciones a otras ciudades.
Antes de la doble jornada premundialista de octubre, Competiciones de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) postergó cuatro partidos de la jornada 17 para permitir que se adelante el trabajo de preparación de la selección nacional; y aunque aún no se sabe la nueva fecha para esos encuentros, ya está analizando levantar algunos encuentros de la fecha 22 por el mismo motivo, lo que hace avizorar un final de campeonato “maratónico” en el mes de la Navidad.
Con todo el viento en contra, algunos clubes luchan por ganar el torneo, otros fijan sus esperanzas en conseguir la clasificación a una Copa internacional para tener mejores recursos en 2025, y el grupo de atrás procura eludir el descenso.