- El delantero argentino ha convertido frente a Palmeiras y también contra Tigre. Sin embargo, sus tantos han contribuido poco porque Bolívar no ganó esos partidos.
Ramiro Siles / La Paz
Marcos Riquelme vivió las dos caras de la medalla este martes por la noche en la cancha de Tigre. Hizo el gol del triunfo, pero no pudo convertir el de la victoria.
Fue la figura para la cadena televisiva que transmitió el partido. Quizás su esfuerzo fue recompensado de esa manera. En todo caso, Javier Rojas, el golero celeste, a la larga fue mucho más determinante.
En la primera opción que tuvo, el delantero argentino estrelló la pelota en el palo.
Siempre fue peligroso. Además se movió harto. Batalló en cada metro.
En una de esas fue a presionar a Martinelli y se sacó la lotería. El golero rechazó, pero el balón le pegó en uno de los botines de Riquelme. Fue el tanto del empate.
Tuvo otras ocasiones. Mereció convertir uno más que, como estaba el partido, habría sido el de la victoria.
En una acción quedó solo frente al golero, le hizo un “sobrerito”, pero muy débil, y de esa manera dio chance a que un zaguero llegara y rechazara.
Al final, en su declaración, se notó el trago amargo. Le pasó lo mismo que contra Palmeiras: hizo un gol, pero sirvió de poco.
“En cuanto ocasiones de gol fuimos muy superiores a ellos, más que nada en el primer tiempo, donde tuvimos más chances. Lastimosamente no se nos dio como queríamos, porque era para irnos al descanso con un 2-1 o 3-1”.
Después fue autocrítico: “Fui parte de las malas decisiones a la hora de definir y me hago cargo de ello. Nos faltó en la definición, acepto lo mal que estuve en las jugadas que tenía hacia al arquero”.
Fotos: Conmebol