Bruno Savio tiene muchas virtudes, una de ellas es la de no rendirse nunca, ya sea luchando por la pelota o buscando el arco contrario. Frente al venezolano Lara, el mediocampista de Bolívar fue la figura, un hombre desequilibrante y, con mucha persistencia, también hombre-gol, este miércoles en el Hernando Siles de La Paz, donde la Academia avanzó con una goleada (4-0) a la segunda fase de la Copa Libertadores.
Bolívar demostró que tiene un buen equipo y, sobre todo, un ataque para temer. Cuando decidió atacar “en serio” fue casi imparable y se llevó por delante a su rival.
Savio volvió a ser peligroso cerca del área y dentro de la misma, fabricó espacios como si nada, burló a rivales y entregó pelotas magníficas. Además, se puso frente al arquero varias veces hasta que, por fin, pudo convertir.
Con su compatriota Francisco Da Costa y con el argentino Patricio Rodríguez han logrado conformar un tridente ofensivo que volvió a rendir frutos.
Son muchos más
No hay que dejar de lado, de todas maneras, a otros destacados: el español del medio Alex Granell, el lateral Roberto Carlos Fernández, el mediocampista Leonel Justiniano. Como también atrás la solidez de César Martins y Alberto Guitián, que jugaron juntos por decisión del DT Zago.
El lateral Diego Bejarano y el otro central José Sagredo también aportaron. El segundo de ellos abrió la cuenta al estar en el momento y lugar preciso para empujar el balón adentro.
Hasta el cansancio
Las opciones más claras de Savio llegaron en el segundo tiempo, la primera con un cabezazo abajo que exigió al arquero Luis Curiel.
En otra se sacó de encima a un rival e intentó hacer lo propio con un segundo, pero justo le quitaron la pelota.
Luego, Rodríguez le entregó en bandeja el gol, y aunque el atacante definió con clase, la pelota se fue cerca del palo izquierdo del arquero.
La cuarta fue la de la vencida y no falló. Gran entrega de Granell a Da Costa quien, sin ángulo, pero, de memoria, le entregó a su compatriota la pelota y Savio esta vez, con toque sutil, no perdonó para el segundo de la noche.
Había participado mucho en otras jugadas, siempre haciendo la diferencia. Cuando fue reemplazado, bastante agotado, los hinchas celestes le rindieron una ovación.
Un buen asistidor
Da Costa no pudo convertir esta vez, pero fue igual de importante con sus asistencias, un par de grandes toques para llegar al gol, el segundo un centro al palo más lejano, donde apareció Guitián y cabeceó.
El brasileño parecía, en un principio, apagado. Participaba poco. Pero después, cuando se metió en el juego, fue determinante.
También Patricio Rodríguez como “dueño” de la banda derecha, de esa manera creó innumerables situaciones de peligro.
Bolívar se fue de la cancha aplaudido por su gente. Bien merecido. Ganó, gustó y goleó. Es una buena señal para que su gente sueñe con más.