Los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022 fueron inaugurados este viernes con la presencia de 91 delegaciones, entre ellas la de Bolivia, representada por dos deportistas extranjeros que hicieron parte de su vida en el país: Simon Breitfuss Kammerlander (nacido en Austria) y Timo Juhani Grönlund (Finlandia), aparte de ser bolivianos por naturalización tienen estrechos vínculos con su tierra adoptiva.
El estadio Nacional de Pekín albergó el desfile de todos los equipos con sus deportistas. En el escenario flameó la tricolor nacional de la mano del abanderado Breitfuss, quien por segunda edición consecutiva llevó el símbolo patrio.
Ambos se clasificaron por mérito propio. Breitfuss competirá este sábado en Descenso y el lunes 7 lo hará en Súper Gigante, ambas pruebas a partir de las 23.00 de Bolivia.
Mientras que Grönlund participará en los 15 km Cross Country en la madrugada del viernes 11 (03.00).
Un alteño de corazón
Breitfuss, nacido el 29 de noviembre de 1992 en Pitztal, conoció Bolivia a sus 17 años gracias a su padre Rainer, quien al ser entrenador de esquí llegó a Sudamérica para preparar al equipo argentino en el nevado de Chacaltaya.
El país asombró al entonces joven deportista y en 2011 decidió quedarse a radicar en el departamento de La Paz, específicamente en El Alto, donde vivió por varios años entrenándose en la altitud y el clima frío de los nevados.
Para 2017 completó sus papeles y logró naturalizarse, desde entonces representa a Bolivia en diferentes eventos, entre ellos los Juegos Olímpicos de Pyeongchang, Corea del Sur 2018, donde compitió en las cinco disciplinas del esquí alpino.
El amor de su vida
Grönlund, nacido el 3 de julio de 1987 en Kitee, conoció Bolivia de forma inesperada, ya que no estaba en sus planes llegar al país.
El primer y principal contacto que tuvo con alguien allegado a la nación sudamericana fue Leny Huaman, boliviana a quien conoció en 2010 en Miami, Estados Unidos, donde estudiaba Lengua Internacional y Comunicación.
Enamorado de ella, aceptó la invitación para conocer Bolivia y visitaron juntos el salar de Uyuni, las ruinas de Tiahuanaco, el lago Titicaca, los Yungas, entre otros lugares.
Después regresaron al país del norte para culminar sus estudios y en 2014 retornaron a La Paz, donde formaron una familia que dio a dos hijos: Austin y Venla.
En 2016, Grönlund se naturalizó y logró clasificarse a Pyeongchang, junto con Breitfuss.
Desde entonces, ambos defienden la bandera boliviana como propia.
Unos 3.000 participantes
Al igual que los Juegos Olímpicos de Verano, los de Invierno se llevan a cabo cada cuatro años. Todos los países están habilitados a participar, siempre y cuando sus deportistas consigan las marcas mínimas.
Bolivia asistió hasta el momento a siete ediciones. La última antes de 2018 fue la de Albertville 1992 (Francia), es decir, que pasaron 26 años para que la bandera boliviana vuelva a flamear en los Juegos.
En Pekín, en total participarán unos 3.000 atletas que competirán en 16 disciplinas.
Entre las más importantes resaltan las de esquí alpino, patinaje de velocidad, snowboard, patinaje artístico y hockey sobre hielo, el deporte de conjunto más popular.
El evento entregará 109 juegos de medallas olímpicas hasta el final del evento que concluirá el domingo 20 de febrero.