- La Academia jugó para ganar, pero también estuvo cerca del perder. La figura del partido fue el golero Rojas con estupendas atajadas, sobre todo en el final un penal que evitó la derrota.
Ramiro Siles / La Paz
Así como lo pudo ganar, también lo pudo perder. Bolívar estuvo al borde de ambos, aunque terminó igualando (1-1) en su visita al argentino Tigre, un resultado amargo que solo se lo puede digerir por la notable actuación de su arquero Javier Rojas, la figura, el hombre que evitó la derrota al tapar casi todo, incluso un penal en los minutos de adición.
Los dos equipos necesitaban la victoria. La igualdad los perjudica. A Tigre lo deja eliminado. A Bolívar, casi, aunque ya no depende de si mismo y queda en manos de otros resultados. O sea, que el brasileño Palmeiras le dé una mano venciendo a Guaraní, de manera de tener chance para pelearle al paraguayo el segundo lugar del grupo.
Será un consuelo, en todo caso, si termina tercero y logra acceder a la Copa Sudamericana. Para ello, el punto obtenido este martes le podría servir de mucho.
Ya merecía ganar
La igualdad del primer tiempo ya era inmerecida. Bolívar debió terminar ganando esos primeros 45 minutos. Sufrió en los 20 iniciales, pero todo lo demás fue suyo.
Tigre le complicó atacando, la Academia no jugaba con comodidad de mitad de cancha para atrás. Dejaba espacios, se sofocaba. Javier Rojas tuvo una muy buena atajada a los 6 minutos que evitó el primer gol.
A pesar de pasarla mal, en ese lapso Bolívar estrelló la pelota en el palo de Tigre con un disparo de Marcos Riquelme. También pudo ser gol.
Pablo Magnin abrió la cuenta a los 18. Aprovechó que Rojas dejó corta una pelota luego de una esforzada tapada tras un tiro de lejos. El arquero quedó tendido y nadie de su defensa reaccionó para echarla a otra parte.
La reacción de Bolívar fue inmediata. Agarró los hilos. Todavía Rojas tuvo alguna intervención más, pero la sensación ya era otra, como que a los 27 minutos llegó el segundo palo de la noche: taco de Álvaro Rey, escapada y centro de Leo Vaca, y definición de Juan Carlos Arce, al travesaño.
Ese empate que ya merecía el equipo boliviano llegó a los 36, fue porque Marcos Riquelme fue a presionar a Marinelli, la pelota rechazada por el arquero le rebotó en un pie al goleador celeste y adentro.
Riquelme pudo anotar el segundo a los 45, pero fue la revancha de Marinelli que le atajó un cabezazo en el segundo palo.
Otras opciones
Un tiro de Rey, de derecha, apenas desviado, abrió la segunda parte y desde ahí se vio a un Bolívar decidido a buscar la victoria.
Jugó muchísimo mejor que Tigre, lo presionó para quitarle el balón y a ratos hasta para arrinconarlo en su zona.
No llegó el segundo tanto de la Academia por esas cosas del fútbol. La más clara la tuvo Riquelme, en otra presión a la zaga de Tigre en la salida, pero frente al golero, el delantero celeste le hizo el “sombrerito” muy suave, entonces un zaguero tuvo tiempo para llegar y rechazar.
Fueron pasando los minutos y la fisonomía del juego comenzó a cambiar. Ya no fue tan arriba Bolívar y Tigre salió más.
Entonces el gol del triunfo pudo ser del conjunto argentino, evitado dos veces por Rojas, la segunda con una estupenda y esforzada atajada para llegar al ángulo izquierdo y sacar el balón cuando parecía que ya se le colaba. Hasta ahí ya eran 71 minutos.
Quedaba poco. El arquero de Tigre evitó un golazo de Arce, de tiro libre, sacando la pelota del ángulo.
Los dos sintieron el trajín. Los cambios en Bolívar no hicieron prosperar mucho el juego. Salió Rey, también Vaca y hubo un bajón. Cansado, también se fue Arce.
Pero de pronto ambos se abrieron y fueron en pos de la victoria. Marinelli atajó la última de Saavedra.
En la adición, un centro que cayó al área de Bolívar terminó en penal: Gutiérrez estiró mucho el brazo y el balón le pegó en la mano. Pero el buen tiro de Magnin a los 93 minutos no fue gol, lo evitó Rojas, otra vez, con otra memorable estirada. Fue 1 a 1, un resultado pobre para los dos.
Fotos: Conmebol