El nuevo Bolívar perdió ante el uruguayo Wanderers por 1 a 0. A pesar de la derrota no es un mal resultado, por la escasa diferencia, “remontable” la próxima semana en La Paz, aunque la Academia quedó debiendo por su pobre producción, este martes en Montevideo en el partido de ida de la segunda fase de la Copa Libertadores de América.
Javier Rojas protagonizó un ‘tapadón’ que evitó el segundo del cuadro charrúa, si la pelota hubiera entrado la situación sería preocupante de cara a la revancha, aunque Bolívar también estuvo a tiro de empatar en una jugada cerca del final.
Para definir la llave la Academia tiene a su favor que el segundo partido lo jugará en casa, un detalle que además no es menor por los problemas que los rivales acusan cada que deben jugar en la altitud. Y también deberá mejorar su juego.
Con y sin Rey
Queda para otra ocasión saber si el rendimiento celeste podía ser mejor si Álvaro Rey no salía lesionado a los 6 minutos. En el primer ataque a profundidad de Bolívar, el español recibió un fuerte golpe en uno de sus tobillos y no pudo seguir.
El DT Natxo González no lo pudo reemplazar: primero hizo ingresar a Jhon García, también golpeado, y después a Kevin Salvatierra.
Bolívar intentó ser ordenado de mitad de cancha para atrás, quizás eso alejó a Wanderers de su área. Eso sí, el uruguayo se mostraba igualmente limitado en sus ataques.
El uruguayo fue peligroso dos o tres veces y en la última acción del primer tiempo casi anota, pero Mauro Méndez mandó la pelota al travesaño.
El gol y algo más
Wanderers logró el 1 a 0 a los 54 minutos. Dio la impresión de que Adrián Rolón convirtió en posición adelantada, luego de un centro. La televisión no pudo descifrar si fue un atacante el que “peinó” previamente la pelota o fue el zaguero Albergo Guitián.
Ir en desventaja animó a la Academia a ir al frente, como que despertó a su ofensiva, dormida antes o muy desconectada, porque no había quién hiciera jugar a sus delanteros. El llamado a esa función, el español Alex Granell, estuvo perdido y, de paso, Erwin Saavedra también jugó mal. Hubo alguna tibia llegada y nada más.
Luego, de nuevo Wanderers fue el más peligroso y por eso llegó esa jugada, la mejor del partido, en la que tocaron cuatro uruguayos hasta que el disparo final, a quemarropa, lo atajó Rojas con notables reflejos.
Bolívar tuvo una chance que no pudo definir y, la más clara, en el quinto minuto de adición, pero el golero Mauro Silveira se la jugó lanzándose abajo antes de que llegaran las piernas de los bolivaristas.
La Academia acabó con uno menos por la expulsión de César Menacho en esa última jugada en la que pateó a un contrario.
Terminó 1 a 0. Bolívar tendrá que ganar al menos por 2 a 0 para avanzar a la tercera ronda. No parece una misión muy complicada. Y también deberá mostrar otra cara, una mejor que la que exhibió en Montevideo.