Bolívar intentó ser protagonista, no meterse atrás sino también ir al frente, en el último partido de la fase de grupos de la Copa Libertadores de América, pero ante un rival superior, que lo presionó y fue contundente en la definición, terminó sucumbiendo y goleado por el Palmeiras (4-0), este jueves en Sao Paulo.
En ese “atrevimiento” sin cuidar detalles ni medir las consecuencias, la producción celeste en general fue de regular hacia abajo, y surgieron las deficiencias sobre todo en la última línea, que ante un adversario de categoría terminó pagando.
En los primeros minutos incluso intentó jugar de igual a igual, por eso, por ejemplo, José Sagredo subió bastante y hasta llegó a rematar a portería.
Pero Palmeiras, con paciencia, funcionamiento colectivo y capacidad individual, no solo se hizo del control del juego sino que empezó a llegar con mucha insistencia al área contraria.
Aunque recibió cuatro goles, el golero Carlos Lampe tuvo varias atajadas importantes que evitaron una diferencia mayor. El seleccionado nacional ya tapó a los 2 minutos y logró desviar con la mano un cabezazo de Rony.
Cerca del final de la primera parte el palo evitó otra caída.
En el complemento tuvo por lo menos tres intervenciones de mérito.
Bolívar presentó, contrariamente a su línea habitual, una defensa de cuatro integrada por Jesús Sagredo, Nicolás Ferreyra, Brian Bentaberry y José Sagredo. A todos les costó controlar a los delanteros brasileños.
Los dos primeros goles llegaron por deficiencias en salida y falta de coordinación en la cobertura. Rony embocó primero y después Artur, de cabeza, les ganó a los centrales más altos e hizo el segundo.
El tercero y el cuarto fueron con defensa bolivarista vaciada, totalmente superada. Joaquín Piquerez puso el tercero después de recibir un pase entre líneas y resolvió cruzado. Y el doblete de Artur fue en un contragolpe, culminando una veloz corrida que lo puso delante de Lampe.
En el medio sector, Fernando Saucedo y Leonel Justiniano tuvieron mucho trabajo con la intención de destruir a los hábiles brasileños, fracasaron y fueron obligados a retroceder líneas, complicando el panorama celeste.
Tampoco Gabriel Villamil pudo apuntar en un medio que Beñat San José decidió poblar con más marca.
Roberto Carlos Fernández no fue lateral volante sino jugó adelantado recostado por la izquierda, solo se le vio un disparo que el golero Weverton controló bien.
El juego adelante de Patricio Rodríguez y Ronny Fernández, a pesar de la lucha del chileno, se hizo intrascendente. Después de los primeros minutos en los que Bolívar intentó llegar, se fue diluyendo el accionar ofensivo de la Academia.
Ante un rival superior, los celestes fueron alertados de lo que les puede pasar en octavos de final si no corrigen varias cosas en su funcionamiento.