Bolívar tuvo un placentero debut en el torneo Apertura y no necesitó ni siquiera esforzarse demasiado ante un improvisado Blooming, al que le metió siete goles en el Tahuichi Aguilera (0-7), este domingo en un desigual partido correspondiente a la primera jornada del Grupo B.
Uno de los refuerzos celeste, el brasileño Bruno Savio, destacó por convertir tres goles. Su compatriota Francisco Da Costa, Patricio Rodríguez, Bruno Miranda y un autogol de Julio Herrera completaron el amplio score.
Sucedió lo previsible: el cruceño puso en cancha a una formación de emergencia porque no logró habilitar a una parte de su plantilla, entre ellos a los jugadores que contrató como refuerzos, y ese “atrevimiento” le costó caro ante una Academia completa y con sus luces prendidas, que hizo que la diferencia futbolística fuera abismal, traducida a la larga en el resultado.
Incluso dio la impresión de que Bolívar jugó a medias, solo lo justo y necesario, algo que —al no tener al frente a un adversario que le exigiera— no permitió ver su real nivel futbolístico en puertas de su debut en la Copa Libertadores de América, el miércoles en la casa del venezolano Deportivo Lara.
Goles brasileños y nada más
Bolívar comenzó atacando, impulsado por un mediocampo que era dueño de la pelota. Así fue durante el primer cuarto de hora, en el que Roberto Carlos Fernández, Bruno Savio y Francisco Da Costa tuvieron chances.
Luego se abrió un espacio corto en el que el equipo celeste cruceño manejó el balón, aunque sin hacer daño. Si bien iba a territorio contrario, el tema era que no generaba situaciones de peligro.
La Academia, que se había dado un respiro, volvió al partido e hizo el primer gol en una jugada que la iniciaron en pared entre Patricio Rodríguez y Da Costa, que derivó en un pase para Savio y la definición de éste, a ras del piso hacia el segundo palo, lejos del alcance del golerito bloominista Yassier Sánchez. Fue a los 21 minutos.
Tres penales, solo uno cobrado
El árbitro Hostin Prado y sus colaboradores se “comieron” dos penas máximas. Solo a la tercera acertaron.
El Sub-20 bolivarista Lucas Chávez había sido claramente fauleado al ingresar al área por la derecha, pero para la terna no pasó nada.
En la otra área, Fernández puso claramente el brazo y la mano para desviar la pelota ante un centro, aunque Prado consideró que no hubo tal.
En medio de esas jugadas se jugó poco o nada. Fue muy pobre lo de ambos.
El segundo tanto se originó en una falta penal sobre Da Costa. El brasileño enfrentó primero a Cristian Latorre, quien se desequilibró y cayó solo, le dejó el camino libre al académico y vino la falta dentro del área. Eso ocurrió a los 38 minutos, pero la atención al zaguero de Blooming, que se había lesionado en la pierena derecha, duró mucho (tuvo que entrar la ambulancia para llevárselo), de manera que el 0-2 llegó recién a los 46, con un tiro de Da Costa engañando a Sánchez, quien eligió el otro palo.
La paliza
La zaga de Bolívar se asustó en el comienzo del segundo tiempo, cuando un centro lo bajó mal Fernández y la pelota le quedó a la gente de Blooming, pero el golero Rubén Cordano estuvo muy atento y despejó dos veces los disparos a quemarropa.
Luego todo se le hizo fácil a la Academia porque no encontró oposición y virtualmente en cada ataque generado hizo un nuevo gol, entonces vino una seguidilla.
Patricio Rodríguez anotó a los 50 luego de recibir un pase de Tonino Melgar, que había quitado en el medio.
Para el 4 a 0, Savio definió bien a pase de Da Costa, a los 55.
El quinto fue otra vez de Bruno Savio luego de bajar el balón con el pecho y de beneficiarse con un rebote en su marcador, que le dejó la pelota servida para su buen remate a los 57.
La media docena fue un autogol a los 62. Si bien Da Costa impulsó la pelota ante la salida del joven golero Sánchez, fue el zaguero Julio Herrera, en su intento por rechazar, el que lo empujó adentro.
El séptimo, a los 75, una escapada de Fernández habilitado justo, posibilitó su centro para que el recién ingresado Bruno Miranda pusiera el definitivo 0-7.
Quedaba más de cuarto de hora por jugar. Intrascendente. Los dos equipos querían irse cuanto antes a las duchas.