Bolívar tenía todo para ganar y golear, lo tuvo a Aurora a su merced durante casi todo el partido, sin embargo, al único de sus rivales que no pudo superar fue al golero David Akologo, convertido en toda una “muralla”, y a la larga la Academia terminó perdiendo de manera sorpresiva (0-1) este sábado en el Hernando Siles, por la jornada 18 del torneo Clausura.
Aurora resistió todo lo que pudo, se lo debe a Akologo, jugó mucho en su cancha por la presión de Bolívar, por eso no fue tanto al frente, aunque ese poco le bastó para embocar una vez, mediante Jair Reinoso, quien además falló un penal, y hacer la diferencia para llevarse las tres unidades de una manera que ni sus jugadores se la creen.
De esa manera, el líder del campeonato (37), que le lleva siete puntos de ventaja a su escolta, le entregó a The Strongest (34) la primera oportunidad para recortar esa diferencia a fin de darle una nueva emoción a la pelea por el título.
El arquero, una y otra vez
Akologo fue la gran figura, sobre todo en el primer tiempo el golero resistió prácticamente todos los ataques de Bolívar. La Academia lo intentó de diferente manera, produjo mucho en ofensiva, tuvo tiros de afuera y también mano a manos, pero siempre se topó con esa muralla.
El partido comenzó con una gran posibilidad de la Academia para abrir la cuenta temprano, a los 2 minutos, sin embargo, Alex Granell falló en la definición rematando afuera cuando tenía el arco rival a unos metros y a su disposición.
Bolívar fue absolutamente superior. Parecía que el gol iba a llegar en cualquier momento, se caía de maduro, pero ahí estaba Akologo, quien en sus dos primeras atajadas, en una evitó el tanto de Carlos Melgar e inmediatamente después, de Granell.
Lo siguieron probando. De tiro libre, Ramiro Vaca le pegó perfecto por encima de la barrera, pero el balón no entró porque se interpuso Akologo.
Antes de los 15 minutos la presión celeste era asfixiante, incluido un tanto que no subió el score porque evidentemente hubo posición adelantada.
Increíbles atajadas
No es exagerado decir que el único obstáculo para Bolívar fue el arquero nacido en Camerún y naturalizado boliviano.
Probó Renzo Orihuela, cabeceó Ramiro Vaca, Fernando Saucedo definió a gran pase de taco de Bruno Gomes; Granell también intentó de tiro libre, hasta Leonel Justiniano estuvo cerca, todos ellos se toparon con el gran Akologo.
En esa primera parte, al menos ocho veces el cuidapalos ahogó el grito de gol de las casi 10.000 personas que asistieron a Miraflores a ver a su Bolívar.
En cambio, encajonado como estaba sobre su área, Aurora solo salió una vez (28’) y se acercó con un fuerte tiro de Jair Reinoso, quien exigió la primera intervención de Rubén Cordano.
Penal, gol y triunfo
El segundo tiempo fue algo distinto. El conjunto valluno mejoró teniendo más la pelota, jugó con los nervios que empezaban a aflorar en la gente de Bolívar. La Academia ya no tuvo el dominio de la primera parte.
De esa manera la visita salió más y así encontró un penal por mano de Jesús Sagredo, aunque Reinoso remató anunciando mucho y la reacción de Cordano para impedir el tanto fue buena.
Sin embargo, el delantero de Aurora tuvo su revancha solo tres minutos después, a los 58’, al cabecear un centro perfecto de Jair Torrico. El 0-1 llegó de todas maneras para incredulidad de la gente de Bolívar.
Reinoso hizo otro tanto, anulado por fuera de juego.
¿Fue o no penal?
Bolívar volvió a presionar en pos del empate. A los 67’, el árbitro Ivo Méndez cobró penal por una supuesta mano de Luis René Barbosa. En las imágenes televisivas dio la impresión de que efectivamente hubo tal, pero se requería de una interpretación.
Méndez fue llamado por el VAR, cuando regresó dijo que la pelota había golpeado -probablemente primero- en el estómago del jugador de Aurora, por tanto, dejó sin efecto su decisión anterior.
Los celestes jugaron más nerviosos, mantuvieron el dominio de la pelota, pero no la tranquilidad ni la claridad. Atacaron, sin embargo, Aurora ya no sufrió tanto.
Y cuando hubo otra chance, la última, volvió a aparecer Akologo, quien sobre el final le ganó un mano a mano a Gomes y, del rebote, también atajó de casualidad otro disparo. Fue su noche y, por ende, también la de Aurora.