El resultado, un triunfo sobre Real Potosí por 1 a 0, y la obtención de sus primeros tres puntos, son lo único rescatable de Bolívar, que dominó todo el partido, aunque en muchos pasajes lo hizo de manera intrascendente, este domingo en el estadio Hernando Siles, en el reprogramado de la primera fecha del torneo 2021 de la División Profesional.
Tener la pelota casi todo el tiempo, jugar en territorio contrario de manera incesante, pero crear pocas situaciones claras y convertir apenas un gol es poca cosa. La Academia fue un equipo aburrido, con poca dinámica de mitad de cancha para adelante y predecible la mayoría de las veces ante un Real que trató de ser ordenado para defenderse.
Bolívar incluso se salvó del empate en los pocos ataques de la visita en la segunda mitad, el más claro un disparo de Rodrigo Borda a los 92 minutos, que milagrosamente pegó en el palo y le negó el tanto a la visita.
Mucho ruido…
El equipo de Natxo González llegó a su primer encuentro en casa en el torneo doméstico luego de una goleada de 5 a 0 sobre el uruguayo Wanderers, resultado con el que pasó a la siguiente fase de la Libertadores, y virtualmente con el mismo equipo que jugó esa noche en el Siles.
Pero su consistencia futbolística, como quiere su DT, tocando bien la pelota, duró unos 10 minutos, porque después se fue haciendo desprolijo.
Hubo varios ataques y poca efectividad, a no ser un par de goles anulados a los delanteros de la Academia por posición adelantada.
Mal cobrado, en cambio, fue el tanto invalidado a Real por un supuesto off side del camerunés Christian Bekamenga, quien definió perfectamente habilitado tras un centro desde la derecha, gol que no subió el marcador.
Finalmente, Bolívar logró el único tanto del partido a los 39, también producto de un centro de Roberto Fernández desde la izquierda para la muy buena definición de Leonardo Ramos, adelantándose a un zaguero y cacheteando la pelota de primera.
Más claro fue Real
Bolívar volvió al segundo tiempo a seguir practicando su fútbol de mil toques, de aparente paciencia para hallar espacios, pero a la larga escasamente productivo.
Una entrada de Hernán Rodríguez, cuyo disparo exigió la atajada de Carlos López; un balonazo de Leonel Justiniano, controlado por el golero; y una acción solitaria de Bruno Miranda, quien quiso pasar en vez de definir frente al arquero, fueron las acciones más claras.
Mientras la Academia siguió a ese su ritmo cansino, Real, utilizando el contragolpe, por poco le da un sacudón o más: Javier Rojas tapó una ante Leiner Escalante, Rodrigo Borda hizo pasar la pelota apenas a un lado del palo derecho y, por último, él mismo estremeció el arco con su tiro devuelto también por el madero.
A la larga, contando el gol que le anularon mal y las acciones más claras de las que dispuso, Real no mereció irse derrotado. Conclusión: Bolívar no fue un justo vencedor.