Los puntos altos de Bolívar tuvieron como protagonistas a dos hombres de ataque: Juan Carlos Arce y Víctor Ábrego.
El joven goleador era el mejor de la cancha hasta que el técnico Wálter Flores decidió reemplazarlo. Había buscado espacios con agilidad y las veces que pudo apuntó al arco.
Abrió la cuenta con rapidez en una jugada, Álvaro Rey le cedió el pase medido, el delantero controló la pelota y de frente al arco anotó el 1-0.
Pudo marcar otro golazo, bajó con el pecho un centro largo desde la derecha de Arce, se acomodó y definió de derecha, pero el arquero logró rechazar.
Su salida en el segundo tiempo no redujo el caudal de ataque celeste; en cambio, Anderson Cruz no pudo acercarse a su producción.
El rol de caudillo de Juan Carlos Arce también se vio desde el inicio, recostado sobre la derecha, la banda por la que generó peligro.
No convirtió, pero estuvo cerca: un disparo suyo pegó en el palo.
En la segunda mitad le dio el pase perfecto para que Marcos Riquelme hiciera el 2 a 0.
Audax Italiano se atrevió tarde a buscar el gol que la habría abierto la chance de clasificar, entonces hubo algunos pasajes en los que la última línea académica mostró algunas falencias. Es ahí donde Bolívar todavía debe trabajar.
Foto: Conmebol